...Y Messi dijo no, gracias
La Federación Española ofreció al argentino jugar con Españ a
Por su talento, Lionel Messi (Rosario, 1987) es uno de los jugadores llamados a hacer historia en el fútbol. Esta temporada ha sido campeón de la Liga con el Barcelona y el pasado sábado lideró el triunfo de Argentina frente a España (3-1) en los cuartos de final del Mundial sub 20, que se celebra en Holanda. Messi, una vez más, se mostró como la gran promesa que se le presume. Ante España anotó el gol que sentenció el partido, pero antes ya asistió a Zabaleta en la jugada que permitió a Argentina inaugurar el marcador. Su destacada actuación ha multiplicado sus posibilidades de erigirse en el mejor jugador del torneo, galardón que anteriormente consiguieron sus compatriotas Maradona (1979) y Saviola (2001).
La joya de la cantera del Barça lleva cinco años en el camp Nou, pero sigue fiel a sus orígenes, a su ciudad natal, Rosario, y especialmente a los colores albiceleste de la camiseta de su país, Argentina.
Con familia catalana en Balaguer (Lleida), Messi rechazó hace unos dos años la posibilidad de jugar con la selección española. Era tan meteórica su proyección que un portavoz de la federación española se dirigió entonces al Barcelona para sondear la posibilidad de que el jugador, que era cadete, llegara a alinearse con España. El club azulgrana remitió al portavoz federativo a la familia Messi, concretamente al padre, Jorge.
Un caso con un precedente hace diez años: Jordi Cruyff. La diferencia, sin embargo, radicó en que fue el mismo seleccionador de entonces, Javier Clemente, quien sondeó personalmente la posibilidad de que Jordi jugara con España en vez de con Holanda. Por lo que se refiere a Messi, ni al propio jugador ni a su familia se les pasó por la cabeza la posibilidad de jugar con España, aunque mostraron su agradecimiento por la oferta.
Messi cumplió el pasado sábado 18 años. Desde que llegó al Camp Nou, con 13 años y midiendo 1,40 metros para jugar en el cadete, sólo ha tenido una obsesión: debutar con el primer equipo del Barça y llegar a la selección absoluta de Argentina y, a ser posible, luciendo el dorsal 10 en la camiseta, el mismo número con el que jugó Maradona.
El primero de los objetivos de Messi se cumplió la pasada temporada de la mano de Frank Rijkaard. El segundo está aún por llegar. Por el momento, ha saboreado los éxitos en las categorías inferiores de su selección y ahora en la sub 20. Una carrera calcada en su paso por las categorías inferiores del Barça, ya que en un año saltó del juvenil al filial pasando por el Barça C.
A Messi le quedan dos partidos para ganar el Mundial sub 20 -juega mañana contra Brasil por un puesto en la final del próximo sábado- y optar también al trofeo para el mejor jugador.
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