Dávila Miura: "Tengo una espina clavada con Madrid"

La de esta tarde será la decimocuarta actuación de Eduardo Dávila Miura (Sevilla, 1974) en Las Ventas, y sólo el día de la confirmación de su alternativa, en 1999, cortó una oreja. Desde entonces, asegura, se afana para conseguir el triunfo que se le escapa año tras año. "Reconozco que tengo una espina clavada con Madrid", afirma el torero sevillano; "la confirmación supuso un empujón para mi carrera", continúa, "pero, después, no han salido las cosas como creo que merezco; me impone esta plaza, quizá he perdido la confianza, no salgo relajado, y eso lo noto yo, el público y hasta el toro, pero sigo creyendo que puedo y debo encajar en esta afición".

Pero está convencido Dávila de que el triunfo en Las Ventas es imprescindible para ser figura. "Totalmente", enfatiza; "eso es como el padrenuestro, la clave de la temporada". "Todos los toreros que han sido figuras han triunfado en esta plaza", concluye.

Dice que para conseguir ese objetivo trabaja cada día, porque "quiero llegar a ser reconocido como figura". "He conseguido más de lo que esperaba", añade; "he convencido a mucha gente, pero todavía no soy figura; estoy satisfecho del camino que lleva mi carrera, se cuenta conmigo, se me respeta, pero no soy imprescindible en todas las ferias y me encantaría serlo".

Mientras alcanza esa meta, Dávila Miura disfruta cada año con un triunfo en la Feria de Abril de Sevilla. "Se me da bien la Maestranza", dice. "Salgo allí muy responsabilizado", continúa, "pero también con mucha confianza, porque ya he triunfado con antelación". Rechaza, por último, la fama que le acompaña de tener suerte con los toros: "Todo influye, pero se empieza a hablar y... Creo que la suerte hay que buscarla; a veces, se le llama suerte a hacer las cosas bien; la verdad es que no creo ni en la mala ni en la buena, sino que la suerte está ahí para todos y que hay que saber cogerla en el momento que llega".