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Reportaje:

Cuatro partidos sin público en San Siro

La UEFA sanciona al Inter y le amenaza con un castigo mayor por la lluvia de bengalas en el choque ante el Milan

El Inter jugará sus cuatro próximos partidos de competiciones europeas a puerta cerrada, según dictaminó ayer el Comité de Control y Disciplina de la UEFA, que también sancionó al club italiano con una multa de 300.000 francos suizos (193.376 euros) por la lluvia de bengalas que obligó a suspender el choque de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones, jugado el martes contra el Milan. El máximo organismo del fútbol europeo, que dio el partido por ganado al Milan por 3-0, se reserva otros dos partidos de castigo al cuadro interista en función del comportamiento de su afición en los tres próximos años. El Inter se ha personado como "parte fiscal civil" contra uno de sus propios aficionados radicales en el proceso judicial.

"Perderán entre siete y ocho millones de euros en taquilla, ésa es la multa", dicen en la UEFA
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Aunque desde el organismo con sede en Nyón (Suiza) insisten en que la pena es de seis encuentros, la sanción real es de cuatro. Sin embargo, desde la UEFA se pone el acento en que "es la mayor sanción de la historia. No olviden que el Inter perderá entre siete y ocho millones de euros de taquilla", expresó señalando esa pérdida económica como el verdadero castigo su responsable de comunicación, William Gaillard. "Mejor esto que no hacer nada, como ha sucedido con todos los equipos en estos últimos cinco años", añadió el portavoz, reconociendo una cierta indolencia sancionadora por parte del organismo.

En caso de producirse nuevos altercados durante el periodo de prueba impuesto al conjunto italiano, de tres años, el Comité Disciplinario echaría el cerrojo a las gradas de San Siro -a la hinchada neoazurri, no a la del Milan- otros dos partidos, amén de la sanción particular que esos incidentes merezcan, amparándose en el artículo 15 de su reglamento. El Inter se enfrentaba a una pena posible mucho más grave: quedar fuera de todas las competiciones europeas durante un año. Algunos miembros de la UEFA eran partidarios de un castigo ejemplar a una hinchada reincidente.

Hace cuatro años, el Inter, fue multado con 50.000 euros y dos partidos europeos fuera de San Siro por los sucesos que se produjeron en la visita del Alavés en un encuentro de la Copa de la UEFA. El partido concluyó cinco minutos antes del tiempo reglamentario, cuando los hinchas radicales, autodenominados como los Boys, arrancaron decenas de asientos y los lanzaron al terreno de juego. Los jugadores también fueron bombardeados con botellas de plástico.

La sanción apenas tuvo repercusión; esa temporada los ultras de la misma curva del estadio italiano lanzaron una motocicleta en un partido de la Serie A que enfrentaba al Inter con el Atalanta. No fue una elección al azar: el motorino, un ciclomotor, es corrientemente empleado por los aficionados de Bérgamo, al norte de Milán, en sus trayectos a las ciudades limítrofes.

El máximo organismo continental, además de la sanción al Inter, resolvió dar la victoria en el partido al Milan por 3-0, que se clasificó para semifinales de la Champions, donde se medirá al PSV Eindhoven, con un balance en la eliminatoria de 5-0 a su favor. Cuando se suspendió el encuentro, en el minuto 72, el Milan vencía por cero a uno, tanto de Shevchenko. El árbitro, el alemán Markus Merk, acababa de anular un gol al interista Cambiasso. Algunos jugadores del Inter, como el defensor Córdoba, o su propio entrenador, Roberto Mancini, lamentaron los incidentes pero insistieron en la "responsabilidad" del árbitro en los mismos por "sus controvertidas decisiones".

La grada se diluyó por la pantalla de humo causada por la tormenta de fuego que sacudió el área de la portería defendida por Dida. El portero brasileño del Milan tuvo que ser atendido en la hierba después de que uno de los cohetes impactara en su hombro derecho. Las chispas perforaron incluso la camiseta del cancerbero. Fue la salvaje manera de protestar por parte de los hinchas del Inter, indignados con la anulación del gol. Cuando Merk decidió suspender definitivamente el encuentro varios jugadores interistas se lo recriminaron. Los futbolistas se retiraron al túnel de vestuarios cerca de 20 minutos, mientras los bomberos despejaban el área que defendía el Milan, y después de ese tiempo volvieron a saltar al césped. Sólo duraron dos minutos en él, pues los cohetes y las botellas siguieron cayendo.

El conjunto milanés ha tomado la decisión de personarse como "parte civil" en el proceso penal contra uno de los aficionados identificados en el lanzamiento masivo de bengalas. Es la primera vez que un club italiano se persona como parte en una causa contra uno de sus propios seguidores. "Me parece una señal importante, un avance que el club tome distancia con sus ultras", explicó el fiscal del caso, Fabio Roia.

Aunque histórica, la reacción del club lombardo presidido por Massimo Moratti llega tarde. "Al menos no hubo ningún incidente de violencia física", expresó con alivio Moratti. "Las situaciones difíciles no me cansan; es otro tipo de cosas las que me decepcionan . Es más, me vienen ganas de defender a mi club y a mis aficionados, porque en un estadio donde sólo 200 personas de las 80.000 presentes han provocado lo que han provocado no se puede criminalizar a todos", manifestó. Moratti, para quien todos esos cohetes "estaban ahí para celebrar una posible victoria y, al no poder ser, acabaron en el campo", se mostró partidario de "entender por qué motivos sucedió y cómo evitar un castigo ejemplar por parte de la UEFA". El organismo europeo escuchará las posibles apelaciones que realice el club interista hasta tres días después de que éste reciba por escrito las sanciones, lo que se espera que suceda durante esta semana vía fax de manera oficial, aunque ya se lo han comunicado por teléfono, según miembros de la UEFA.

El media punta brasileño del Milan, Kaká, confesó que sintió "miedo por Dida y estupor e incredulidad porque un partido de la Liga de Campeones pudiera terminar así". "Incluso los jugadores del Inter estaban consternados por lo que estaba sucediendo", aseguró el futbolista del Milan.

El gobierno italiano y los dirigentes futbolísticos han anunciado que impondrán una política de "tolerancia cero". La primera medida ha sido la de obligar a los árbitros a suspender un partido en cuanto se produzca cualquier altercado provocado por los aficionados.

El portero Dida, en el césped tras recibir el impacto de una bengala.
El portero Dida, en el césped tras recibir el impacto de una bengala.EFE

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