El Levante aprovecha la indolencia bética

El Betis parece empecinado en encarnar su tópico. Un topicazo injusto, cruel, generalista que le califica como un grupo con creatividad y talento, pero que suele anular estas bondades por su tendencia a despistarse, a la falta de profesionalidad, a la vagancia. Ayer lucía el sol, las gradas estaban llenas de aficionados deseando piropear a los jugadores, palmas acompasadas, vítores, incluso algún aleluya se oyó en la tribuna de preferencia. Tanta felicidad que el Betis casi se vio obligado a pifiarla para no salirse de su tópico.

Todo lo dicho no quiere decir que el Levante careciera de mérito a la hora de lograr el empate. Todo lo contrario. El equipo valenciano fue coherente, jamás perdió ni su perfil ni su juego y, probablemente, las tablas fueron más castigo que beneficio para su actitud y su fútbol en la tarde de ayer en Sevilla.

Con Sergio García como punta más adelantado que Manchev, volcó el Levante el juego por la derecha de su ataque. A pesar del tempranero gol de Edu, que aprovechó el rechace de un potente tiro de Oliveira, la insistencia por atacar la banda del ayer lateral accidental Melli dio su fruto. Una jugada de Juanma acabó en los pies de Manchev que regateó a Doblas y su tiro lo sacó de la puerta bética a duras penas Rivas, aunque sólo para dejar la pelota franca a Rivera que marcó a placer.

Se volvió a adelantar el Betis con un remate de Oliveira tras un buen saque de falta de Assunção a la olla. De nuevo, el Betis se vio con el trabajo hecho y otra vez el Levante continuó impertérrito, elaborando su fútbol sin importarle lo que decía el marcador.

Y es que el Betis tiene un gran equipo, grandes jugadores y muchas veces practica un juego bello, pero un centro del campo demasiado endeble. La lesión de Edu en los primeros minutos de la segunda parte dejó, de repente, clarísimo que Assunção y Arzu estaban jugando un partido horroroso, que Fernando no parecía estar ni para ir convocado y que sin el zurdo brasileño corriendo, presionando, rematando y centrando el Betis es un equipo tirando a vulgarote.

La segunda parte fue de Rivera, que llevó a su equipo a un dominio absoluto sobre el Betis. Los verdiblancos querían dar por acabado el partido con el anterior gol de Oliveira. Y se dejaron la concentración en el vestuario.