Gattuso y Pancaro se negaron a pasar un control de sangre
El centrocampista sólo aceptó la extracción ayer para jugar con Italia
Gennaro Gattuso y Giuseppe Pancaro, internacionales del Milan, se negaron el domingo a someterse a un doble control antidopaje, de sangre y orina. Tras el encuentro de Liga con el Roma, en el que el cuadro de Ancelotti venció 0-2, los milanistas aceptaron dar muestras de orina, obligatorias, pero rechazaron la extracción de sangre alegando que ésta era facultativa. Legalmente tenían razón, pero los análisis de sangre por sorpresa para la detección de EPO se reimplantaron en enero tras una larga pausa y desde entonces nadie se había negado a someterse a ellos. La Federación de Fútbol (FIGC) desaprobó a Gattuso y Pancaro, y anunció que en el futuro los hemoanálisis se harán forzosos. El presidente del Comité Olímpico, Gianni Petrucci, comentó que el comportamiento de la pareja milanista había sido "moralmente despreciable".
Sin embargo, ayer por la tarde, Gattuso cambió de parecer y aceptó pasar un control, tanto de orina como de sangre, en la concentración de la selección italiana que juega el sábado contra Escocia en partido de clasificación para el Mundial. Si no lo hubiera pasado se habría tenido que ir, según la FIGC. Pancaro no está seleccionado.
Su anterior negativa había despertado revuelo en Italia. Los controles dobles, o cruzados, fueron establecidos la pasada temporada como sistema de prevención del uso de EPO. Se interrumpieron durante meses para adecuar los métodos de análisis a la normativa internacional y se reanudaron el 22 de enero. Desde entonces, cada semana ha tocado a 12 jugadores, por sorteo puro, donar sangre, sin que se conozcan negativas. El hemoanálisis sólo se realiza cuando las pruebas en la orina arrojan indicios sospechosos.
Al principio, Gattuso y Pancaro argumentaron que tenían prisa en volver a Milán. Gattuso alegó ayer otras razones: "Salí del Olímpico a las 12,15 de la noche y cuando llegué a la salita [médica] me preguntaron si quería someterme al análisis de sangre. Pregunté si era obligatorio y me respondieron que no", explicó, "No creo que sea la primera vez que un jugador se niega a la extracción. Además, al entrar en la salita tenía encima toda la tensión del partido, había una decena de personas y una gran confusión, las jeringuillas esterilizadas estaban tiradas en un rincón... No somos animales". "No tengo nada que ocultar, mi dopaje es la guindilla y hacerme un gran culo [refiriéndose a la dureza del entrenamiento] toda la semana", añadió. Por la tarde, sin embargo, cambió de opinión.
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