Utopía
Vengo de un país que desconocía a Papá Noel y al ratoncito Pérez, y en el que las madres zurcían los descosidos, y de un pantalón viejo del padre hacían dos pantalones para los hijos. La familia cuidaba a los pequeños y a los abuelos y en las puertas siempre estaban las llaves puestas ofreciendo la casa a los vecinos.
Todos nos conocían por nuestros padres, yo era el hijo de Pepe el Braso y de Rosa la Rosca. Respetábamos a nuestros mayores y a su mundo porque también ellos lo respetaban.
En mi nuevo país no tengo familia ni vecinos, pero sí una alarma conectada con la policía, y me conocen por mis hijos, soy el papá de Alba y de Zoe.
Hemos descubierto a Papá Noel y al ratoncito Pérez pero ya no podemos cuidar ni a nuestros hijos ni a nuestros mayores. Hemos cambiado la bicicleta por el todo terreno último modelo, pero no llegamos a tiempo a ninguna parte.
Es el tributo de la libertad (a la que no quiero renunciar) y del progreso pero, soy egoísta, me hubiera gustado vivir en un mundo que tuviera, a la vez, lo mejor de esos dos países, ¿es una utopía.
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