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Reportaje:TEATRO

Bajo un arco iris negro

Bosnia 1993: el diablo anda suelto. Quien se cruza en su camino tiene que elegir entre el alma y la vida. Le diable en partage (El diablo compartido), premio a la mejor obra escrita en francés en 2003 y premio revelación del Syndicat Nacional de la Critique, narra la historia de una familia serbobosnia durante la última guerra europea del siglo XX. Roberto Romei dirige los ensayos de la traducción catalana, que se estrena a finales de marzo en el Teatre Tantarantana, de Barcelona. Fabrice Melquiot (Modane, 1972), autor de la pieza, cuenta desde Reims por qué la escribió. "Leí un artículo sobre un desertor serbio, que aguardaba en París a que el Gobierno francés le concediera el estatuto de refugiado político. No lo consiguió. Se sentía como un fantasma y hablaba de su idioma como de una lengua espectral. La idea me gustó: un desertor que fuese como una sombra. Comencé a leerlo todo sobre Bosnia, fui a Sarajevo y allí conocí a Lorko".

Lorko, protagonista de Le diable en partage (El diable compartit, en la traducción de Jaume Melendres), es serbobosnio, francotirador a la fuerza: dispara a los pájaros, a los perros, a las salamandras... Elma, su esposa, es de ascendencia turca. Una noche de masacre étnica Lorko no puede más y corre en dirección contraria, bosque adentro. "Lorko y Elma tenían 25 años cuando los conocí. El Lorko auténtico es croata. Me contaron la historia de sus familias enfrentadas, una especie de Montescos y Capuletos de hoy, y la mezclé con la del desertor serbio".

Le diable en partage es una tragedia mejorada por el sentido del humor de Melquiot y enriquecida con una veta generosa de realismo mágico. "Lorko me abrió el camino explicándome que lo que sucedió en Bosnia es inimaginable, que cualquier ficción quedaría muy por debajo de la realidad. 'Si escribes algo', me sugirió, ha de ser una historia fantástica, espantosa, poblada de animales salvajes y de fantasmas. Le diable en partage no habla de la guerra, sino del amor en la guerra, un poco a la manera de algunas películas de Kusturica".

El hilo conductor de la obra es la familia de Lorko: Jovan, su hermano, y su amigo Alexandre salen a diario con las milicias serbias y, tras limpiar un poblado, vuelven a casa a cenar. Alexandre, cada vez más mutilado, sueña con un arco iris negro. Varios intermedios cómicos muestran la huida del desertor, su vagabundeo, sus reencuentros, en el territorio del deseo, con los seres queridos. Hay una escena donde Lorko sobrevuela el Neretva, como prendido por Mefisto. Durante una comida Alexandre dice que hay que aplastar a los musulmanes, y una zarza brota del plato de Elma... Son instantes mágicos, casi cinematográficos. "Se puede decir que es una obra cinematográfica si convenimos que las de Shakespeare lo son. Pero la escribí pensando en los recursos que el teatro puede desplegar: es una pieza absolutamente teatral. En el montaje del Théâtre de la Bastille, Emmanuel Demarcy-Mota consiguió crear un ambiente mágico con una escenografía tan simple como ingeniosa, sin proyecciones de vídeo. Cuanto más se confía en la artesanía, mejor es el resultado".

Hacia el final de la pieza, Mel-

quiot pone un poema de Lorca en boca de Sladjana, la madre de Lorko. "En Bosnia el nombre propio revela si eres musulmán, serbio o croata. Los padres de Lorko no querían que nadie se diera cuenta de que es croata, y le llamaron así porque tenían un libro de García Lorca. Es absolutamente cierto".

Melquiot está en vísperas de que Exeat, su última pieza, se estrene en la Comédie de Reims, teatro donde trabaja habitualmente. "Demarcy-Mota, su director, los actores, un músico, un escenógrafo y yo, estamos intentando acercarnos al público a través de proyectos como Les consultations poétiques. Vestidos de blanco, entramos en cafés, hospitales, autobuses y preguntamos a la gente cómo está. Buscamos ese pequeño dolor que cada cual tiene y, para sanarlo, le decimos un poema, le recetamos música, lecturas... La idea es de Pessoa: 'La poesía puede sanar todos los males'. Es una manera de sacar a la gente del surco de lo cotidiano". El Festival de Otoño de Madrid presentará otra obra de Melquiot: Ma vie de chandelle.

El diable compartit. Barcelona. Teatre Tantarantana. Desde el 31 de marzo hasta el 1 de mayo.

De izquierda a derecha: L. Martí, O. Guinart, V. Álvaro, A. Triola, À. Jové y J. Vallès, en 'El diable compartit'.
De izquierda a derecha: L. Martí, O. Guinart, V. Álvaro, A. Triola, À. Jové y J. Vallès, en 'El diable compartit'.D. RUANO

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