_
_
_
_
_
OPIINÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Menos música en Madrid

Quizá a algunos, quizá a muchos, les pueda entristecer que Madrid Rock, ese acogedor templo para adictos a la música, vaya a cerrar sus puertas de forma casi inminente. En su lugar,

y en apenas treinta días, el mismo espacio albergará una nueva tienda de la cadena Inditex, una más entre los cientos que anualmente nacen para saludar, en sus diferentes denominaciones, los bulevares de prácticamente todas las ciudades de la Tierra. Estas cosas ocurren así, casi sin aviso previo o, cuando menos, sin que haya nada que uno pueda hacer al respecto.

Voy a ser muy sincero en algo: si de mí dependiera reflotarle el negocio a Madrid Rock, prometo que mañana mismo tomaría el puente aéreo para plantarme en la Gran Vía y endosarle un K.O. técnico a mi visa.

Pero soy consciente de que de nada sirven arrebatos puntuales semejantes, como tampoco sirvió en su momento mi fidelidad durante años (a cuenta de mi asignación juvenil primero, luego de buena parte de mi sueldo), para evitar el cierre de la antigua Castelló Discos, mi muy querida tienda de Nou de la Rambla, en Barcelona.

Algo será diferente a partir de ahora en mis visitas a Madrid. Ni yo, ni otros como yo, podremos pasar horas soñando allí, gracias a la música, en tiempos, en cosas que quizá solo existen en la imaginación de cada uno. Por mi parte, puede que busque otros sitios, y la verdad es que con práctica uno se acostumbra a todo.

"La venta ambulante", dicen, probablemente con razón, y se nos conmina a no formar parte de ese deprimente juego (supongo que no hay que decir que los habitantes de sitios como Madrid Rock nunca han necesitado de esos consejos).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En fin, no hay más. De vuelta a la prosaica realidad... Hay que ver lo sensible que se pone uno cuando camina haciendo equilibrios por la Plaza de Catalunya de Barcelona, tratando el imposible de no pisar los centenares de discos colocados sobre las mantas, ni de chocar con los febriles compradores..

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_