Los bomberos consideran "altísimo" el riesgo de desprendimientos en el Windsor
La policía espera que el desescombro de dos plantas pueda determinar el origen del fuego
Cuatro oficiales de bomberos del Ayuntamiento de Madrid fueron los primeros en entrar ayer por la mañana en los restos de la torre Windsor, incendiada el pasado fin de semana. Su recorrido por el esqueleto del inmueble se centró en comprobar el estado de la estructura. Tras recorrerla durante más de tres horas, comprobaron que el riesgo de desprendimientos de elementos seguía siendo "altísimo". El núcleo central del rascacielos ha aguantado, pero el resto de elementos de la estructura está completamente deformado. La policía está pendiente de elaborar su informe tras acceder al inmueble.
Los bomberos accedieron a la torre a las 9.15 por el acceso principal de la misma. La dirección de bomberos había pedido voluntarios para esta arriesgada labor. Al final entraron el director general del departamento, Medardo Tudela; el subdirector del mismo, Fernando Munilla; el subinspector de la Sección de Extinción, Juan Orellana, y el oficial jefe de la zona norte, Eugenio Amores. Los dos primeros son arquitectos y los dos últimos arquitectos técnicos.
Según comentaron, su labor consistía en recoger documentación gráfica para ver el estado del edificio y comprobar si otras personas podían acceder al mismo, en especial, los técnicos del Departamento de Control de la Edificación y de las Policías Judicial y Científica.
El ascenso a la torre lo hicieron a pie por la escalera interna del edificio. Conforme iban subiendo, el deterioro era cada vez mayor. La entrada estaba llena de agua y completamente manchada por el humo. Esta situación se repetía hasta el tercer piso, donde el fuego ya no bajó más. Entre el 4º y 16º, las plantas estaban totalmente devastadas. Tan sólo quedaban en pie algunos elementos metálicos de gran porte, como archivadores. La subida a la Windsor por la escalera principal "no presentaba grandes riesgos", según Munilla.
La situación cambiaba desde la planta 17, en la que se acumula la cantidad de escombros y estructuras metálicas que han caído de la parte superior de la torre. Ese amasijo de restos conservaba aún gran cantidad de calorías, según comprobaron. De hecho, los bomberos hallaron problemas para poder pasar de la zona del vestíbulo y tuvieron que regresar al hueco de escaleras para continuar su recorrido. "En algunas no hemos podido entrar porque los accesos estaban macizados de escombros", explicó el director de Bomberos.
Munilla señaló que a partir de una determinada altura "se ven restos de un incendio muy importante y un caos absoluto". Los bomberos detectaron focos de calor entre el amasijo de hierro, por lo que parte de la combustión continúa.
La peor parte, como es visible desde el exterior, se vive a partir del piso 21, donde sólo queda en pie la estructura del núcleo central, la parte más resistente. "Es la parte que más impresiona por el estado en que ha quedado. Sólo está el núcleo de la escalera y poco más. El resto está vacío", comentó Tudela. "Se puede decir que sólo quedan balcones con vistas a Madrid", agregó el subdirector general de Bomberos. Los voluntarios no pudieron abrir la puerta de acceso a la última planta, la 28.
Los cuatro bomberos comprobaron que el núcleo central de la torre tenía "una estabilidad relativa" y que existían zonas muy dañadas. Los principales problemas son los riesgos de desprendimientos de partes de la fachada hacia el interior y el exterior del inmueble. De hecho, grandes partes de la armadura metálica exterior están completamente torcidas y torsionadas, debido a las altísimas temperaturas que se han alcanzado en el siniestro. Los primeros cálculos no descartan que se hayan superado los 800 grados centígrados.
Los bomberos establecieron tres puntos de observación en el exterior: uno en la cubierta del Corte Ingles; otro en el edificio Estrella Seguros y el tercero, en los números 2 y 4 de la calle de Orense, desde donde los bomberos han tenido comunicación directa con puesto de mando avanzado y con los equipos de observación.
Desescombro
Tras comprobar el interior de la torre, entraron los equipos de Policía Científica y del Control de la Edificación. Los primeros no pudieron determinar el foco del incendio ni las eventuales causas del mismo, ya que la planta 21 está destruida. Los especialistas esperarán el desescombro de las plantas 16 y 17 por parte del Ayuntamiento para meter perros especializados en detectar si fueron arrojados materiales inflamables.
Los investigadores de Homicidios continúan con sus pesquisas. Hasta ayer habían interrogado a los cuatro vigilantes que estaban de servicio durante el incendio, al jefe de seguridad, al responsable de mantenimiento y a Milagros Reyzábal, una de las dueñas del inmueble. También disponen del soporte informático de las entradas y salidas del inmueble. Están pendientes de su estudio.
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