_
_
_
_
_

Un estudioso de Ortega asegura que su obra busca la síntesis entre liberalismo y socialismo

Las jornadas celebradas en Sevilla abren los actos que conmemoran la muerte del filósofo

Margot Molina

"Ortega y Gasset dedicó toda su obra a encontrar un vía de comunicación entre el pensamiento liberal y el socialismo. Búsqueda que naufraga con la Guerra Civil y no se hizo realidad hasta la Transición en 1975, que concilia esa doble vía", dijo ayer en Sevilla Pedro Cerezo, catedrático de Filosofía de la Universidad de Granada, en la conferencia que cerró las Jornadas conmemorativas del cincuentenario de José Ortega y Gasset (1883-1955). Las jornadas, organizadas por la Universidad de Sevilla y la fundación que lleva el nombre del filósofo español, ha sido las primeras de una larga lista de actos que recordarán este año en todo el mundo la desaparición del autor de La rebelión de las masas.

El catedrático de Filosofía Pedro Cerezo pronunció su conferencia, titulada Ortega y Gasset y la regeneración del liberalismo: Tres navegaciones y un naufragio, en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla con el aforo al completo. A las jornadas, que comenzaron el pasado 21 de enero y se han celebrado tres viernes consecutivos, han asistido 150 personas, un centenar de estudiantes de la facultades de Filosofía, Derecho y Economía, más 50 profesionales en ejercicio, la mayoría profesores de instituto, pero también médicos y abogados.

"Tuvimos que limitar las inscripciones porque el Paraninfo no cuenta con más aforo, así que se quedaron unas 30 solicitudes fuera", explicó ayer Fernando Llano, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla y coordinador del encuentro. "Hay una gran receptividad por parte de la sociedad hacia Ortega. Los jóvenes ha demostrado, con sus intervenciones y preguntas tras la conferencias, que conocen su obra y les interesa", explicó ayer satisfecho Llano, quien ha estado preparando este encuentro desde el verano de 2002.

"Las tres navegaciones de Ortega no fueron casuales, sino que estuvieron vinculadas a momentos de crisis de la conciencia liberal y cambios en sus planteamientos filosóficos", comentó ayer Pedro Cerezo.

Según este catedrático de filosofía, la primera "navegación" se produce entre 1908 y 1911. "Es su época neokantiana en la que propone un liberalismo abierto a la socialdemocracia. Es la etapa de la pedagogía política y la más avanzada y revolucionaria de su pensamiento. Después, entre 1914 y 1917, cuando escribe Vieja y nueva política, comienza su pensamiento propio hacia un liberalismo de la vitalidad. Se propone la reforma y la potenciación de la sociedad civil. La idea de nacionalizar la política por encima de los conflictos de clase", explica. El catedrático ubica la tercera "navegación" de Ortega y Gasset entre 1931 y 1933, los años en los que escribe Razón histórica. "Aquí camina hacia un liberalismo esencial. Quiere que el liberalismo preserve a la democracia de su propia degeneración. Más tarde, de 1934 a 1936 llega el naufragio de su pensamiento. Cree que todo intento de pedagogía política se ha frustrado. El sueño de Ortega terminó con la Guerra Civil, episodio que él intento sin éxito ahorrar a España", asegura Pedro Cerezo, el especialista en la obra de Ortega que cerró las jornadas.

La primera conferencia de ayer, El político y el científico. Ortega y Max Weber, la pronunció Pablo Badillo, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Sevilla.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"Es interesante comparar la visión del político y del científico que tienen los dos autores. Weber hace una división clara entre la ética de la convicción, que es la del científico que busca la verdad; y la ética de la responsabilidad, la del político empeñado en conseguir unas metas para el bien del pueblo. Sin embargo, Ortega no habla de dos éticas distintas. En su obra La misión de la universidad asegura que la universidad no sólo debe crear buenos profesionales, sino también formar a las élites dirigentes y servir de guía a la sociedad española", explicó ayer tras su intervención el catedrático Pablo Badillo.

"Ambos coinciden en la importancia del pluralismo valorativo para el mundo actual. Ortega cita a Weber refiriéndose a su Historia agraria de Roma y a Estudio sobre sociología de la religión, pero nunca lo hace en el tema de la ética. Hay otro punto en el que están de acuerdo: Weber dice que la cátedra universitaria no debe ser un púlpito político", afirma Badillo.

En el cierre de estas jornadas participó también el catedrático de Filosofía de la UNED Javier San Martín, quien disertó sobre Ortega y Gasset, Cervantes y Don Quijote. "En Meditaciones del Quijote, Ortega explica como el Quijote marca el cambio de época entre la épica, donde domina el mito, y la realidad, que genera el nuevo mundo de la novela", asegura San Martín.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_