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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

Horarios a la carta

Casi el 40% de los trabajadores británicos tiene algún tipo de jornada flexible, una vía para aumentar la productividad

Cristina Galindo

Con el debate sobre la mesa de qué fórmulas deben aplicarse en Europa para aumentar la productividad, cualquier iniciativa es tenida muy en cuenta. Y el Gobierno británico defiende a ultranza sus planes para ayudar a mejorar la eficiencia de sus empresas porque, a su juicio, ser más productivo no significa sólo sustituir una máquina vieja. "Creemos que ser más flexibles en el trabajo también es importante", indica Stuart, miembro de un equipo de Industria que promueve estos cambios en el tejido empresarial del país. "No hay que trabajar más horas, sino de forma más inteligente", dice.

El trabajo a la carta no es exclusivo del Reino Unido -en España, por ejemplo, alguna compañía da a su plantilla un margen de un par de horas para entrar y salir del trabajo-, pero sí que es uno de los pocos países que ha legislado su aplicación. El empresario tiene que tener en cuenta por ley una petición de horario flexible de un empleado con un hijo menor de seis años. En 2003, 8 de cada 10 solicitudes fueron aceptadas en el Reino Unido, cuya tasa de paro está por debajo del 5%, de las más bajas del mundo.

Flexibilidad para el trabajador, y no sólo para el empresario. Existen varias posibilidades. La más popular es el llamado flexitime: los empleados tienen unas horas fijas por la mañana y por la tarde en las que tienen que estar en la oficina, pero el resto es a libre disposición, una vez lo ha negociado con su jefe.

"Si hay confianza, la gente trabaja sus horas, pero cuando le va mejor", explica la funcionaria. También se puede compartir el trabajo, es decir, convertir un contrato a tiempo completo a dos a tiempo parcial, una posibilidad que a veces pueden negociar los propios interesados; trabajar desde casa o pedir entrar una hora más tarde al trabajo, porque en Londres el transporte público es mucho menos caro a partir de las 9.30.

La compañía de telefonía British Telecom, por ejemplo, ofrece a los empleados mayores de 50 años la posibilidad de concentrar todas sus vacaciones en los meses más fríos del año para irse a descansar a alguna playa mediterránea, un fórmula que tiene mucho éxito. Mientras, los trabajadores de la planta británica de la farmacéutica GlaxoSmithKline ya no tienen un horario estricto para fichar al inicio y al final de su turno: si un día acaban antes, se van y no pierden salario; a cambio, si otro día acaban más tarde, no piden un extra.

El objetivo de estas prácticas, que también están adoptando empresas pequeñas, es intentar tener más contentos a los trabajadores para que se sientan identificados con la empresa, evitar que se vayan a la competencia y reducir el absentismo. Es decir, ser más competitivos.

El Reino Unido es uno de los países europeos con mayores índices de productividad. Mientras tanto, su tasa de paro es inferior al 5%, es decir, pleno empleo, la temporalidad es baja y hay muchos contratos a tiempo parcial. España, en cambio, tiene una tasa de paro del 10%, el 30% de los contratos que se firman son temporales y el trabajo a tiempo parcial tiene un peso bastante pequeño, aunque, eso sí, el despido es más caro que en el mercado británico.

En ese país, el número de parados rondaba hace ocho años -cuando el Gobierno de Tony Blair acometió una profunda reforma laboral- la cifra de tres millones y hoy se ha reducido a 1,4 millones, el menor nivel desde 1975.

"Hemos mejorado en productividad, pero hay que seguir trabajando tanto en flexibilizar el mercado laboral como en mejorar la formación del personal", explica el presidente de EEF, la asociación que representa a los empresarios del metal, David Yeandle. "Aquí tenemos más variedad de contratos que en los otros países europeos, sobre todo a tiempo parcial; el empresario tiene que dejar de pensar que el empleado que no quiere trabajar a tiempo completo no se implica en el día a día de la compañía", añade.

Los empleados con horario flexible son más competitivos.
Los empleados con horario flexible son más competitivos.AP

En busca de un empleo

Las oficinas de empleo británicas han sufrido una transformación en los últimos tres años. Más que buscar trabajo al parado, le obligan a que lo busque él. Cada dos semanas tiene que demostrar qué ha hecho para conseguirlo (entrevistas, solicitudes, etcétera). En caso contrario, deja de cobrar el subsidio de paro que, en el Reino Unido, es para toda la vida.

"A principios de los noventa había 1,5 millones de personas que estaban en el paro desde hace más de un año y ahora sólo son 130.000", explica Bill Wells, del Departamento de Trabajo y Pensiones. Unas 800.000 personas cobran ayudas por desempleo. "Ofrecemos una atención más personalizada a los casos más difíciles, la gente que no encuentra trabajo en semanas", añade Dave Keogh, director de la oficina de empleo del barrio londinense de Brixton.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.
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