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TENIS | Final de Australia

Safin derrota a Hewitt, el ídolo local

El tenista ruso Marat Safin, que empezó, según él mismo, "jugando increíblemente mal", venció ayer al australiano Lleyton Hewitt en la final del Abierto de Australia por 1-6, 6-3, 6-4 y 6-4. Safin rompió así su maldición en la cita de Melbourne y sumó su segunda victoria en un torneo del Grand Slam tras haberse impuesto en el Open de Estados Unidos de 2000 y haber perdido en las finales australianas en 2002 y 2004.

Safin necesitó ser vapuleado en el primer set para despertar y, pese a padecer calambres en el tercero, imponerse con acciones de gran altura a su rival. Lo que desarmó a Hewitt fueron los siete juegos consecutivos que perdió desde que dominaba por 4-1 en esa manga hasta el 1-2 de la tercera. Ahí cimentó Safin su gran victoria, decorada con 18 saques directos y 54 golpes ganadores.

Hewitt concedió: "El partido no lo he perdido yo, lo ha ganado él". El australiano describió el "poderoso" juego de su adversario: "Puede mantenerse dos o tres metros por detrás de la línea de fondo y hacerte luchar en todo momento para intentar devolverle la bola, de modo que no te lo pone fácil nunca". "Fue demasiado bueno", concluyó el ídolo local.

A su vez, Safin puso el acento en su desastrosa primera manga: "No se podía llamar tenis a lo que jugué en el primer set. No me podía creer que estuviera jugando tan mal". El ruso, afincado en España desde la adolescencia, describió el resto del choque, en el que jugó muy bien, con cierta distancia: "Luego, mejoré; más o menos".

Menos presión

Cabeza de serie número 4, Safin empezó su carrera a las órdenes del español Rafael Mensúa, con quien sigue trabajando "intermitentemente". Después lo hizo con el ruso Chesnokov, quien rompió su relación con él "por motivos personales" y tras reprocharle haber roto 48 raquetas en una temporada: "Romper una raqueta de vez en cuando está bien, pero cada semana es demasiado". El propio Safin empezó a dudar de sus capacidades y estuvo a punto de retirarse y "montar un bar de copas".

Safin calificó así su victoria: "Un gran paso adelante para alguien como yo, que no ha ganado nada en los últimos años". Safin tuvo que batir al suizo Roger Federer, el número uno mundial, en las semifinales para llegar a la final: "Contra Federer sientes menos la presión porque crees que no tienes ninguna oportunidad de ganar. Él siempre es el favorito". Sobre su particular travesía del desierto, apreció: "He cogido la oportunidad que se me ha presentado. En años anteriores la perdí porque sentía mucha presión. Ahora es completamente diferente". En 2002 cayó ante el sueco Johansson, y el año pasado ante Federer, tras 129 juegos, todo un récord en un grand slam.

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