El Madrid guarda la distancia

El inolvidable partido de San Mamés del sábado -con la épica remontada del Athletic, que retorció en media hora un 0-3- dio paso ayer a la tercera victoria consecutiva del Madrid en la Liga y a otra magnífica partitura de Riquelme, que derribó al Valencia. Frente al débil Mallorca, el Madrid emitió mejores señales que antaño. Una, que el equipo ha pegado las líneas y no consiente los boquetes de principio de curso, lo que le ayuda en la defensa y a la hora de gobernar los encuentros. Además, juega con más energía. Por contra, pese al supuesto látigo de Luxemburgo, hay cosas que no cambian y, una vez más, Guti pagó el peaje del banquillo. Con los pretorianos intocables y el novedoso reclamo de Gravesen, el capitán se vio condenado por enésima vez en su carrera. Un apunte que Luxemburgo deberá resolver porque en los veinte minutos que le concedió anoche Guti volvió a estar por encima del pelotón. Con Guti al frente, el Madrid tumbó al Mallorca, que no tuvo más intención que tapar a su portero, al que en el tramo final superaron Samuel y Solari, éste con un gol soberbio.

Mientras el Madrid impidió que el Barça se disparara en cabeza, el Valencia se despeñó en Vila-real. Con tres goles -dos de penalti-, Riquelme sepultó al conjunto de Ranieri, que ya tiene al Barça doce puntos por delante. Acunado por el Villarreal, Riquelme por fin ha retratado al Riquelme de Boca. En El Madrigal, lejos de los truenos de los grandes, Riquelme se siente protegido, valorado e importante. En Vila-real le han puesto en el pedestal y él se ha convertido en el líder de un club que lleva dos cursos en alza en Europa, que cuenta con una interesante cantera y que tiene buen gusto para fichar. Un ejemplo para otros modestos. Quizá el mejor situado para convertirse en el futuro Depor.

El Atlético es lo contrario al impulso del Villarreal. Se trata de un histórico que no levanta cabeza y tras su tropezón en Málaga está perdido casi tan cerca de Europa (siete puntos) como del infierno (seis). Mientras, el Sevilla y el Betis siguen incrustados en el podio europeo tras ganar al Albacete y el Numancia. También venció el Depor, que ya es noticia. Y con Tristán en alza en la semana del desmadre de Pandiani y de la jornada más goleadora: 36 tantos.