Otro prodigio de Casillas

El Madrid sólo tiró tres veces entre los tres palos: todas fueron gol. El Atlético tiró ocho veces entre los tres palos y todos los balones terminaron en los guantes de Casillas. Iker Casillas tenía ayer el halo fantástico de sus mejores noches. En muchas de esas noches, a lo largo del último lustro, el Madrid ha estado condenado al desastre. Sin embargo ha prevalecido. Prevaleció gracias a los galácticos y prevaleció gracias a Casillas, un jugador que aparentemente no es de los más apreciados por la directiva. Termina contrato en junio de 2006 y hasta ahora no hay indicios de renovación. Si el próximo las cosas siguen igual, habrá un conflicto. El Madrid actual parece depender de la velocidad de reacción de su portero, uno de los pocos canteranos puros que quedan en la plantilla.

"Ellos han tenido el dominio del juego y nosotros nos hemos colocado y nos hemos dedicado a esperar a ver que pasaba", apuntó Casillas, al cabo del derby. "Creo que hemos hecho un buen trabajo porque hemos estado bien colocados, tanto en defensa como en las jugadas de ataque y en las jugadas a balón parado en las dos áreas. Nunca nos hemos desordenado y cuando ellos no nos han marcado han empezado a correr para todos lados, quizá un poquito nerviosos".

Antes de que se cumpliera el minuto cinco de partido Casillas se vio solo ante la figura del Atlético, Torres, y con el fondo sur del Calderón a la espalda. El Niño Torres, que tiene epíteto de pistolero, nació en 1984. Casillas le lleva tres años de ventaja, pero todavía no se le borran los rasgos infantiles de la cara. En el mano a mano, los dos jugadores midieron su valor. Ganó Casillas porque le van los tiros a bocajarro, los puntos calientes, el griterío de los fanáticos del Frente Atlético en la nuca, los momentos cruciales y los exámenes que le miden. En la noche de ayer, Casillas le hizo tres paradas a Torres. Tres paradas en tres mano a mano. Una suerte que el portero del Madrid domina bien porque sabe esperar y, como en el balonmano, usa las piernas. Torres, del otro lado, pisó demasiado el acelerador: parecía una ametralladora.

"Me tiró una vez, solo ante la portería", dijo Casillas; "y por suerte me dio en el pie y se fue fuera. Esa parada fue la más difícil". El portero reconoció que luego miraría sus intervenciones por televisión, tranquilamente, puesto que no tenía una idea clara de lo que le había ocurrido en el campo. "Ni me he enterado", dijo.

"Debemos seguir en este camino, haciendo las cosas bien para que sigan contando con nosotros para la Liga", comentó el portero. "Está claro que el resultado no refleja lo sucedido, pero no hemos podido tener mayor efectividad. En la segunda parte estuvimos mejor, pero por suerte pudimos sentenciar en dos contras", comentó. "Cada partido es un mundo, y a lo mejor el próximo domingo tenemos 20 ocasiones y no metemos ninguna".