El año en que resucitaron las fusiones
Las empresas españolas desembarcan en Europa y EE UU, aunque siempre dentro de su propio sector
2004 ha sido pródigo en bodas empresariales. Después de tres años de parón, las fusiones españolas han aumentado un 52%, según datos de KPMG, lo que convierte al año 2004 en el tercero más activo desde hace una década. La compra del Abbey National por parte del SCH es la operación más grande (15.787 millones de dólares) y, además, ha marcado tendencia: las empresas apuestan por la diversificación geográfica, pero ya no sectorial. Los grandes vencedores de esta resurrección son los fondos de capital riesgo y la banca de inversión.
El sector financiero ha sido, con diferencia, el más activo, como demuestran las operaciones SCH-Abbey y BBVA-Bancomer
El año de las fusiones arrancó con dificultades. Las incertidumbres provocadas por los atentados del 11-M y el cambio de Gobierno retrasaron los planes de algunas compañías que ya tenían, a finales de 2003, intención de salir de compras. A mitad del ejercicio, sin embargo, las empresas españolas cogieron carrerilla y cerraron más de 500 acuerdos. Hasta el 29 de noviembre, el volumen conjunto de las operaciones españolas sumaba 58.300 millones de dólares, según los datos de KPMG Corporate Finance, un 52% más.
¿Por qué aumentan las fusiones?
Los expertos están de acuerdo en que existen multitud de factores que, finalmente, se resumen en uno: hay mucho dinero. Las bolsas han subido, los tipos de interés han bajado, las perspectivas económicas han mejorado, el mercado inmobiliario comienza a generar dudas y las cuentas de resultados se han saneado (véase página 5). Además, los bancos están deseando prestar dinero, así que facilitan la financiación de operaciones de adquisición de empresas. Por todos estos factores, las empresas se han decidido a comprar. Pero, ¿cómo, dónde y de qué manera? ¿Cuáles son las características de las fusiones de 2004?
Más tamaño, menos operaciones.
A pesar de que el montante total de operaciones ha aumentado ese 52%, si se observa el número de operaciones sólo hay un incremento del 1,3%; en 2003 se registraron 560 operaciones, y en 2004 fueron 567. La conclusión es inmediata: el precio de las transacciones ha sido superior. Y, además, no sólo las grandes empresas son capaces de realizar grandes operaciones. La aventura de Colonial en Francia o la compra del Atlántico por el Sabadell prueba que, en asuntos de fusiones, ninguna compañía es ya pequeña.
Salir de casa.
La compra del Abbey por el SCH demostró que una empresa española es capaz de comprar una inglesa. Y esto supone un cambio cualitativo en el mercado de las fusiones "y en nuestra economía, por el incremento de tamaño y peso de las empresas españolas", confirman fuentes de Goldman Sachs.
Una de las principales características de las operaciones del año que acaba de concluir es su carácter transfronterizo. El 77% de las operaciones se realizaron en el exterior, según KPMG. Como confirman datos de la empresa especializada Thomson Financial, las seis primeras operaciones españolas del año son internacionales: la compra del banco inglés Abbey por parte del SCH; la adquisición de la primera entidad mexicana, Bancomer, por el BBVA; la llegada de Energía de Portugal (EDP) a Hidroeléctrica del Cantábrico; el contrato de Cintra para la única autopista de peaje de Chicago -el tramo Chicago Skyway, en la primera adquisición privada de una autopista en EE UU-; el desembarco francés de Colonial, en SFL, y la compra de las filiales latinoamericanas de Bellsouth por parte de Telefónica Móviles.
Dos cuestiones llaman la atención. La primera es que, en todas las operaciones salvo en la de EDP, el comprador ha sido español. Y la segunda es que el destino clásico, que es América Latina, no lo ha sido en ninguna de ellas, salvo en la de Bancomer. Muchas compañías tratan de diversificar el riesgo que han asumido América Latina, y eligen como nuevos destinos Europa -es el caso también de la compra de Riu del 10% de la alemana TUI- y Estados Unidos, ahora que el dólar está débil. En todo caso, 2004 ha demostrado, por primera vez, que España "es ya, definitivamente, un país comprador", explica Jorge Riopérez, socio director del área de Corporate Finance en KPMG.
Gana la banca.
El sector financiero ha sido el más activo en la compra de empresas. Además de las operaciones mencionadas del SCH en Reino Unido, y el BBVA con Bancomer, esta entidad desembarcó también en EE UU con la compra del Laredo National, de Tejas, por 850 millones de dólares. Este año, además, el Sabadell cerró la compra del Banco Atlántico, que había anunciado ya en 2003. En total, el volumen generado por las compras de la banca y los seguros ronda los 27.000 millones, cinco veces más de lo que se gastaron en 2003.
El fin de la diversificación.
Durante 1999 y 2000, la mayor parte de las empresas se dedicó a buscar desesperadamente la manera de desembarcar en otros sectores de actividad; entonces, la palabra clave era "diversificación". Ahora, sin embargo, las empresas se han centrado en adquirir otras compañías de su propio sector, como demuestran todas las operaciones que aparecen en ese top ten (véase gráfico). Como explica Ruipérez, muchas compañías están aprovechando que hay dinero en el mercado "para volver a sus negocios naturales, y luego reforzar sus posiciones en ellos". Por eso, y aun teniendo en cuenta que el precio de alguna de estas compras es muy ajustado, los expertos no creen que se pueda hablar de burbuja. Las compras se realizan para reforzar las estrategias de las compañías en sus sectores naturales de actividad. No tienen que ver, en fin, con otras modas del mercado, como ocurrió a finales de la década pasada.
El auge del capital riesgo.
Cuando una compañía inglesa llamada Permira compró, en octubre pasado, las 600 tiendas españolas de Ahold, muchos españoles descubrieron las sociedades de capital riesgo. Su actividad no es nueva, pero este año ha explotado. Según Goldman Sachs, más del 10% de las fusiones europeas han estado protagonizadas por operaciones de capital riesgo (LBO). Y su importancia crecerá en 2005, ya que diversos fondos están implicados en operaciones tan importantes como la de Amadeus, Amena o Aldeasa (véase apoyo).
Las noticias que se publicarán este año
La mayor parte de expertos coincide en que el crecimiento del mercado de fusiones no se frenará en 2005. Creen también que es posible que se vean operaciones similares a las del SCH en Abbey, es decir, grandes desembarcos españoles en Europa o Estados Unidos. Por sectores, las protagonistas del año serán las telecos y las compañías del sector energético.
Además, en el último trimestre de 2004 se anunciaron decenas de operaciones en el mercado español que se tendrán que resolver en 2005. Así, por ejemplo, en el sector de los medios y las telecomunicaciones tendrá que cerrarse la compra de Recoletos por su equipo directivo. En Internet, Tiscali tendrá que encontrar comprador para su filial española, una operación que está muy cerca de cerrarse. Abertis, mientras tanto, ya ha hecho pública su intención de hacerse con el control de Hispasat. Y Auna estará revuelta; aún cuelga la fusión de su negocio del cable con ONO, y está pendiente conocer el futuro de su filial de móviles, Amena, pretendida por varios fondos de capital riesgo.
El capital riesgo está también detrás de los movimientos en el capital de Amadeus. Carlyle, Bain Capital y Kohlberg Kravis Roberts son las sociedades que han contactado con las grandes líneas aéreas europeas, accionistas de la central de reservas, para entrar en su capital.
Los rumores también acosan a Altadis, porque se dice que la británica Imperial Tobacco tiene intención de comprarla por 11.000 millones de euros. Por cierto que tres sociedades de capital riesgo -de nuevo- han lanzado una OPA sobre Aldeasa, cuyo principal accionista es la propia Altadis.
Queda pendiente la eterna reestructuración del sector energético y, en la construcción, tendrá que resolverse el culebrón FCC-Acciona y también se completará la venta de Corsán-Coviam, la novena compañía del país.
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