Un artista construye un velero dentro del Centro Santa Mònica

El mito de Fitzcarraldo, el protagonista de la película homónima de Werner Herzog empeñado en atravesar una montaña con un barco, revive en el Centro de Arte Santa Mònica (CASM) de la mano del artista Martí Anson (Mataró, 1967). Su proyecto es casi tan descabellado como el del personaje al que homenajea en el título: Fitzcarraldo. 55 días trabajando en la construcción de un velero Stela 34 en el CASM.

Como el título de la instalación indica, el artista intentará llevar a cabo el ensamblaje de un barco prefabricado en el claustro del Santa Mònica durante el periodo que durará la exposición, es decir, hasta el 6 de marzo. Lo hará sólo en los días laborables en horario de oficina, para contribuir así a desmentir la leyenda del ímpetu devorador de la creación artística. A diferencia del Fitzcarraldo de Herzog, Anson sabe de antemano que su intento está abocado al fracaso y no le importa reconocer su inutilidad. De hecho, éste es precisamente el sentido de la operación: reflexionar sobre el significado del arte y su finalidad.

"Anson plantea la paradoja del arte. El producto de un gran esfuerzo por parte del creador conduce a un no resultado, a una obra que sólo es comprensible por sí misma y que subraya la aparente falta de utilidad del arte", explica Ferran Barenblit, director del Santa Mònica y comisario del proyecto. El proceso de construcción del velero se retransmitirá, a través de una webcam, en centros de arte en Bilbao, Los Ángeles, Columbus e Hiroshima.

La programación invernal del CASM incluye otras dos exposiciones. En la planta baja, Daniel Chust Peters (São Paulo, 1965) presenta Airshow, una reproducción de su taller del barrio de Gràcia, formada por tres maquetas realizadas con billetes de cinco euros, que suman el importe total de su honorario para la exposición. En la última planta se presentan tres vídeos de la artista portuguesa afincada en Berlín Filipa César.