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Reportaje:OFERTAS DE EMPLEO

Razones para cambiar de trabajo

Las mujeres valoran mucho más que los hombres la mejora en la calidad de vida a la hora de cambiar de trabajo

Oriol Güell

Disfrutar de una mayor calidad de vida, ganar más dinero o tener la oportunidad de progresar en la empresa son, por este orden, las tres principales razones esgrimidas por los españoles para cambiar de trabajo. Un estudio realizado por el Grupo Fittest revela, sin embargo, notables diferencias entre hombres y mujeres, por un lado, y titulados universitarios y no titulados, por el otro, a la hora de plantearse un cambio laboral.

"Un tercio de las mujeres cambia al ser madre: se van a casa, a otra empresa o crean la suya propia", asegura una profesora de IESE

El salario es la principal razón que motiva a los hombres a cambiar de puesto de trabajo. Un 24% de ellos así lo admite, mientras un 20% afirma que ha apostado por la mejor calidad de vida que le permite el nuevo puesto, a un 18% le ha llevado a cambiar de trabajo la falta de promoción interna en el anterior, y un 14% señala el ambiente de trabajo como razón del cambio. Ninguno de los otros motivos citados -situación de la empresa, trabajo poco motivador, tipo de contrato y mala relación con el jefe directo- supera el 10%.

Las respuestas ofrecidas por las mujeres ante la misma pregunta son notablemente distintas. Casi un tercio de ellas (31%) hace referencia a la calidad de vida, algo menos del doble de las que admiten un cambio laboral para mejorar su salario (19%) y el triple de las que buscan mayores oportunidades de promoción. Ninguna de las otras respuestas alcanza el 10%.

¿Son las mujeres más celosas de su tiempo libre y están menos dispuestas a sacrificarlo por dinero? ¿Son menos ambiciosas económicamente y profesionalmente? Así lo parecen indicar los resultados del estudio, pero para Carlos Martín, del economista del Gabinete Técnico de CC OO, "hay tener cautela a la hora de interpretar estos datos y reflexionar sobre los motivos reales de sus decisiones".

"España carece de las redes de servicios a las personas dependientes, como niños o mayores, que sí tienen otros países. ¿Quién les atiende? La mayoría de las veces son las mujeres, por lo que habría que ver si quieren más tiempo libre para disfrutarlo o para atender otras obligaciones", explica Martín.

"Decir que las mujeres son menos ambiciosas oculta la realidad", apunta Nuria Chinchilla, profesora del IESE, directora del Centro Internacional Trabajo y Familia y coautora del libro La ambición femenina. "

La mujer puede ser tan ambiciosa como el hombre, pero esta ambición no le impide pensar y valorar otras facetas de su vida, como la familia o su vida personal". "A la pregunta de si las mujeres son menos ambiciosas, la respuesta es no. Lo son de forma distinta", explica Chinchilla.

"Nuestras investigaciones revelan que un tercio de mujeres abandona su empresa al ser madre. Lo hacen, en la misma proporción, por tres razones: para quedarse en casa, para irse a otra empresa más flexible o para fundar su propia empresa", continúa la profesora del IESE.

Ésta añade que, en el fondo, en estas decisiones subyace la lucha de las mujeres por "reconciliar el trabajo y la familia", idea que reproduce en el subtítulo de su libro.

Calidad de vida

La responsabilidad para ayudarla en este reto recae "en primer lugar a las empresas, pero todas las administraciones deben estar detrás con políticas transversales que tengan en cuenta esta realidad en todas las demás políticas: vivienda, transportes...".

Ignacio Belinchón, de Hay Group, considera que estos datos reflejan una realidad que, "aunque cambiante, sigue siendo mayoritaria". "La mayoría de las economías familiares las sostiene un miembro de la pareja y las apoya el otro, casi siempre la mujer. Esto está empezando a cambiar, especialmente en los tramos de edad más jóvenes, pero sigue siendo mayoritario", añade Belinchón.

El estudio del Grupo Fittest pone de manifiesto que no siempre coincide lo que dicen hacer los trabajadores, hombres y mujeres, y lo que en realidad acaban haciendo. "Si se pregunta qué valora a la hora de aceptar un puesto de trabajo, responde que la calidad de vida es lo menos importante", relatan las conclusiones de la investigación.

"Esta respuesta demuestra una fuerte disonancia entre lo que hacen y lo que dicen hacer en relación a la calidad de vida, porque cuando se les pregunta por qué han cambiado de trabajo, admiten que la calidad de vida es al final lo que más han valorado, sobre todo por ellas".

Empleados de un banco en una oficina española.
Empleados de un banco en una oficina española.BERNARDO PÉREZ

El título marca la diferencia

La valoración que hacen de su puesto de trabajo los titulados universitarios es notablemente distinta a la que hacen quienes no han alcanzado la formación superior. Las diferencias se concretan en dos aspectos: el salario y el "trabajo motivador", mientras el resto (relación con el jefe directo, ambiente laboral, promoción y calidad de vida) son similares.

El no titulado valora más el salario que el titulado (23% y 19%), mientras este último prefiere en mayor medida sentirse motivado por su actividad (18% y 14%). Una vez más, se impone la cautela para sacar conclusiones, ya que el propio estudio de Fittest admite que la diferencia salarial entre ambos grupos puede explicar esas preferencias.

"Es lógico. Los niveles salariales en España son notablemente inferiores a los de los países de la UE y esto lo sufren especialmente los no titulados", explica Carlos Martín, de CC OO. "Seguramente, no son más ambiciosos con el dinero, sino que necesitan ganar más para cubrir sus necesidades".

Ignacio Belinchón, de Hay Group, añade que "el titulado entiende su carrera como algo a medio y largo plazo. Está dispuesto a poner por delante del dinero otros elementos como la formación, la experiencia o la motivación que le proporciona un puesto en el corto plazo, entendiendo que la remuneración elevada llegará más delante". "El techo y recorrido profesional de los no titulados es más bajo y corto, por lo que sus ambiciones de mejora se concentran en mayor medida en lo económico", concluye.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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