La federación de CiU renuncia a tener afiliados propios, pero creará la figura del asociado
La federación de Convergència i Unió (CiU) no tendrá afiliados propios, contrariamente a lo que pretendía el mayor de los dos partidos, Convergència, pero eso no impedirá que se abra una vía de participación directa, distinta de la militancia, en cada uno de los dos partidos federados. El punto de acuerdo con el otro partido, Unió, se ha logrado en este controvertido asunto en torno a la figura intermedia del asociado.
La propuesta de crear la figura del asociado a CiU fue adoptada ayer por la comisión ejecutiva nacional de la federación y anunciada el término de la reunión por Josep Antoni Duran Lleida, en su calidad de secretario general de la federación. Duran destacó que se trata de "una figura intermedia entre lo que hay en la actualidad y la creación de una militancia de CiU" para quienes no quieran afiliarse a ninguno de los dos partidos.
Ésta será la propuesta que presentará el comité ejecutivo de CiU para que sea aprobada en la conferencia nacional de la federación, que se celebra el próximo fin de semana en Tarragona. La comisión ejecutiva decidió también ayer ampliar a 25 su número de miembros. La modificación de los estatutos que se someterá al refrendo de la conferencia nacional incluye la creación del cargo de presidente fundador, que recaerá en Jordi Pujol.
Los representantes de Convergència serán mayoría en el comité ejecutivo nacional de la federación, concretamente 13, incluido Pujol, por 12 de Unió. Artur Mas será el presidente, y Duran, el secretario general. Junto a ellos, formarán la cúpula de la federación los seis vicesecretarios generales de Convergència y los seis vicepresidentes de Unió. Los primeros son Felip Puig, Antoni Vives, Lluís Corominas, Antoni Fernández Teixidor, Dolors Batalla y Carme Vidal; los segundos, Antoni Castellà, Manuel Silva, Marta Llorens, Núria de Gispert, Daniel Ortiz y Joana Ortega. También formarán parte de este comité ejecutivo sendos representantes de las organizaciones juveniles de Unió y de Convergència; los presidentes de sus consejos nacionales, Ramon Espadaler y Carles Campuzano; el jefe del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias; el secretario general de Unió, Josep Maria Pelegrí, y los diputados democristianos Jordi Casas y Josep Sánchez Llibre.
Pese a que semanas atrás se dio por hecho que se iba a suprimir el cargo de secretario general adjunto, que ahora recae en Pere Macías, ayer se decidió mantenerlo. Se crearán dos vicesecretarías generales, una de acción electoral y otra de sectoriales.
En cuanto a la confección de las candidaturas municipales, uno de los asuntos tradicionalmente más conflictivos en CiU, el mecanismo establecido prevé, en primer lugar, que las elaboren por consenso las direcciones locales. En caso de desacuerdo, se someterán a las asambleas locales de militantes de CiU, donde se requerirá una mayoría del 70% para aprobar la lista. Si no hay acuerdo, decidirá una comisíón paritaria de ambos partidos.
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