Un alemán muy español

Durante el vuelo de Aquisgrán (Aachen en alemán) a Sevilla miró por la ventanilla del avión y recordó que, cuando era niño, los diez kilómetros que hacía cada día con su padre en el Ford Sierra azul para ir a entrenar con el VfB Stuttgart habían servido para algo. El viaje es un premio para el equipo, pues jugará el segundo partido de la liguilla de la UEFA contra el Sevilla, el primero para el equipo andaluz. Pero para él, es algo más, porque vuelve a la tierra de sus orígenes. Sus padres, Ramón y Josefa, de Pontevedra y Santiago de Compostela, respectivamente, decidieron trasladarse hace 30 años a Alemania por motivos laborales. Hoy, Cristian Fiel (Stuttgart, 1980), a pesar de que se ha perdido los dos últimos partidos por unas molestias en el tendón de Aquiles, confía en volver a ser el mediapunta titular que juegue en el Sánchez Pizjuán. Su camiseta, sin embargo, será la del TSV Alemannia Aachen, que es un equipo de la Segunda División alemana que se clasificó para la UEFA después de perder en la final de la Copa contra el Werder Bremen. El Werder ganó también la Bundesliga y, por tanto, está en la Liga de Campeones.

"Después de lo que sufrí el año pasado había perdido la ilusión por jugar al fútbol. Pero desde que estoy aquí he vuelto a nacer", explica el jugador al analizar su paso por el Bochum, equipo de la Primera División alemana donde sólo jugó cinco partidos. Ahora, en el Aachen acostumbra a ser titular. Para llegar hasta aquí, Cristian, ha dedicado toda su vida por completo al fútbol. A los seis años hizo una prueba en el VfB Stuttgart, donde le seleccionaron y donde jugó hasta el último año de juvenil. De ahí, se marchó al Stuttgart Kickers, especie de filial del Stuttgart. Allí, en 1999, le ofrecieron un contrato profesional y debutó en la Segunda alemana. "Ese fue un gran paso en mi carrera. Entonces, me di cuenta de que podía ser profesional", comenta con satisfacción.

Tras dos temporadas, se fue al Unión Berlín, otro equipo de Segunda pero más consolidado y con más potencial. Destacó de tal manera que el Bochum le fichó. "El técnico, Peter Neururer, ya me quiso desde el primer año que jugué en el Berlín, pero me negué porque consideraba que era demasiado joven. Al año siguiente, más maduro, decidí dar el salto. Está claro que me equivoqué". Pero Hecking, el entrenador del Aachen confiaba en él y se lo llevó a su equipo. Cristian se lo agradece: "Me hizo un favor porque me vuelvo a sentir futbolista. Además, a pesar de que no he marcado todavía un gol, creo que él también está muy contento conmigo porque trabajo para el equipo".

Cristian, que se sacó el título de comercial industrial gracias al consejo constante que su padre le daba en los trayectos del Ford Sierra -"hay muchos niños como tú que quieren triunfar en el fútbol, por lo que sería bueno que estudiaras algo", le dijo-, espera poder celebrar hoy su primer tanto de la temporada. Lo hará en alemán, porque tiene más soltura en ese el idioma y porque así habla con sus hermanos, pero en su casa, como siempre que se dirige a sus padres, lo narrará en castellano.