El acero se endurece
La fusión de tres compañías revoluciona la jerarquía del sector
La industria del acero vive días de cambio. Los Mittal, una familia india, afilan la fusión de tres empresas para revolucionar la jerarquía del sector y arrebatarle el liderato a Arcelor. La operación, de 17.800 millones de dólares (13.949 millones de euros), es sólo la primera jugada en el enmarañado proceso de consolidación que se avecina en la industria.
La compra será la coronación de Mittal como un magnate del acero y plantará a su familia como protagonista del sector
Los Mittal, una familia india, con raíces en Calcuta, pero desde hace dos décadas asentada en Londres, causaron esta semana un temblor en el mundo del acero. La consolidación de dos de sus empresas, y la adquisición de una tercera, que anunció el jerarca de la familia, Lakshimi N. Mittal, es el detonante para un proceso de consolidación en un sector que disfruta ahora mismo de sus mejores tiempos desde los setenta. Con los beneficios de las siderúrgicas alcanzando niveles históricos, y la demanda mundial creciendo a ritmos que no se veían desde hace 30 años, gracias en gran parte al auge económico de China, el sector se prepara para comenzar un baile que terminará en nuevos y lucrativos emparejamientos. "Esta operación cambiará dramáticamente el mapa de la siderurgia mundial", dijo Mittal al explicar la fusión.
El nacimiento del nuevo coloso, que producirá cerca de 50 millones de toneladas de acero al año y que dejará relegada a un segundo puesto a Arcelor, será una jugada a tres bandas. Primero, los Mittal, que se han escarbado un hueco en el sector apostando por pequeñas productoras de acero en Europa del Este, juntarán sus dos siderúrgicas (Ispat International y LNM Group). El clan controla el total de LNM Group y es el accionista de referencia en Ispat International al atesorar el 70% de sus títulos.
Ispat desembolsará 13.300 millones de dólares para adquirir la totalidad de LNM. En la segunda etapa, los Mittal se tragarán a International Steel Group (ISG), una empresa estadounidense, al son de 4.500 millones de dólares. La operación, en total, alcanza los 17.800 millones de dólares (13.949 millones de euros). La fusión podría cerrarse el próximo mes de diciembre.
La maniobra, de ser aprobada por los reguladores y los accionistas, creará un gigante. El resultado será una compañía con 160.000 empleados y plantas en 14 países. Los beneficios operativos que esperan obtener el primer año supera los 7.000 millones de dólares.
La transacción será el coronamiento de Lakshimi N. Mittal como un magnate del acero y plantará a su familia como uno de los protagonistas en el sector. Aditya Mittal, el hijo de Lakshimi, está, a sus 28 años, a cargo de las fusiones y es el heredero que mejor se perfila para tomar las riendas de los intereses de la familia.
Clan del metal
La voracidad de los Mittal para hacerse con un puesto en la mesa de las grandes siderúrgicas del mundo se veía venir: llevan el negocio en la sangre. El padre de Lakshimi, nacido en Calcuta, empezó en el negocio en su juventud hasta conseguir controlar dos de las principales siderúrgicas de India. Lakshimi, por su parte, se aventuró afuera de su país y acometió su primer gran maniobra en Indonesia, a sus 25 años, al comprar una compañía nacional. Lakshimi luego se trasladó a Londres, donde construyó el cuartel de su organización.
La apertura de Europa del Este fue su gran oportunidad, y mientras las grandes compañías estudiaban cautelosamente cómo entrar en países como Rumania y Polonia, él les ganó la partida y movió primero sus piezas. Compró fábricas y empresas abandonadas y poco eficaces. Las transformó en un negocio que ahora reporta beneficios.
Desde entonces, sus intereses se han expandido hasta convertirse en uno de los hombres más ricos de India y uno de los focos de atención en Londres. La revista The Economist lo ha calificado como el "Carnegie de Calcuta". Recientemente compró una mansión cerca de Kensington Palace por 128 millones de dólares. La boda de su hija fue un punto de encuentro de la farándula londinense. También ha sido criticado por sus donaciones a las campañas electorales del primer ministro británico, Tony Blair.
Pero a pesar de las frivolidades que comienzan a rodear su apellido, Lakshimi Mittal se ha ganado una reputación de valiente en un sector que hace apenas un lustro se encontraba de capa caída. La tonelada de acero, que ha pasado de cotizar en 200 dólares en 2001 a más de 600 dólares a mediados de 2004, ha permitido un repunte en una industria que sufría síntomas de cansancio crónico y que no conseguía levantar cabeza. Los Mittal se han beneficiado del tirón.
Y no son los únicos. Un ejemplo de la nueva sangre que corre en las venas del sector es la misma empresa que los Mittal quieren comprar. International Steel Group (ISG) ha ascendido vertiginosamente en los últimos dos años bajo el mandato de Wilbur L. Ross. El empresario estadounidense, encantado con la oferta de los Mittal, convirtió a ISG en uno de los platos más apetitosos del sector a base de pequeñas adquisiciones. Un novato en la industria siderúrgica, Ross entró en el negocio en 2002. Compró ISG por sólo 325 millones de dólares. Desembolsó 2.165 millones de dólares para realizar cinco adquisiciones en poco tiempo, más que nada a base de endeudamiento. Fue el momento justo, antes que se dispararan los precios del acero. Ross sacará una tajada personal de 300 millones de dólares por la adquisición y pasará a ser director general del nuevo grupo.
Más uniones
La subida de precios y el aumento de la demanda gracias a China han ayudado a engordar las cuentas de las empresas, pero la industria todavía tiene que armar un rompecabezas que le permita una mejor correlación de fuerzas con sus consumidores. A pesar de todo, las diez principales productoras de acero sólo controlan el 30% del mercado. Una ola de fusiones les daría más músculo a la hora de negociar contratos con sus clientes.
El presidente del grupo Arcelor, Guy Dollé, por su parte, no pudo más que felicitar la apuesta de los Mittal. Y es que la fundición de tres empresas que buscan los Mittal ha disparado todas las alarmas en el sector: la carrera de las fusiones ha comenzado y varias compañías estaban a la espera.
Entre los candidatos que mejor se perfilan se encuentra US Steel, que produce 18 millones de toneladas al año. La alemana Thyssen Krupp, que fabrica 16 millones de toneladas, por su parte, ya lleva varios años buscando un pretendiente asequible, y podría ser el próximo en anunciar un nuevo enlace. Los gigantes asiáticos, a su vez, comenzarán su propio cortejo para conseguir aunar fuerzas y crear una empresa capaz de acercarse al nivel de 40 millones de toneladas de acero.
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