Ettien interpreta el regate de Romario

"¿Qué, Ettien, otro partidazo?". "No, qué va. Un partido normal. He rendido a un 60% de mis posibilidades por una molestia en el hombro". En un ejercicio de modestia o simplemente de autoexigencia, el extremo derecho marfileño del Levante recortó así su actuación. Pero el caso es que volvió a ser determinante. Rompió al Mallorca en dos ocasiones. Primero con una cola de vaca que, unida a su descomunal potencia, le permitió dejar tirados a dos defensores en la línea de fondo. Curioso que un jugador tan tosco a veces haya puesto en práctica con éxito uno de los regates más difíciles del fútbol: ése que hizo famoso Romario ante la presencia de Alkorta: de espaldas o de lado al defensor, el atacante se gira con el balón pegado a la bota y se va con él. Eso hizo Ettien ayer antes de centrar raso para que Manchev, ese búlgaro indomable que le encanta al mismísimo Stoichkov, marcara su cuarto gol del campeonato. No tardaría Ettien en volver a aparecer para sentenciar. Fue un contragolpe con Sergio García, a quien envió un gran pase en diagonal para que el joven delantero cedido por el Barça encontrara por fin el premio a sus magníficos movimientos. El Levante se ha topado de repente con una delantera de lujo. La agresividad y la insistencia de Manchev se mezcla de maravilla con la habilidad y la inteligencia de Sergio García. Claro que de nada serviría sin el portero Mora, que salvó otra vez muchos desajustes defensivos. El cuadro de Schuster, pues, tiene portero y tiene gol, lo que es mucho camino recorrido para permanecer en Primera.

Al Mallorca, en cambio, se le vio sin pegada y sin extremos. Y, puesto que su defensa, con Ballesteros y Niño en el centro, tampoco es una garantía, resultó ser un equipo vendido. Y dio pena cuando, al final, Nadal actuó de medio centro -como en los tiempos de Clemente en la selección- y Ballesteros de delantero centro.