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"No tenían permiso ni para guardar cartuchos"

La nave de efectos especiales cinematográficos que explotó ayer en Vallecas no estaba autorizada para guardar munición, según el delegado del Gobierno, Constantino Méndez. Únicamente disponía de permisos para almacenar armas inutilizadas, las que se emplean en espectáculos que requieren efectos especiales, pero sin munición real. Hace cuatro meses, fecha en la que la Guardia Civil realizó la última inspección del local, la empresa cumplía con las medidas de seguridad.

"[La empresa] no tenía autorización para tener explosivos, ni siquiera cartuchos", explicó el delegado del Gobierno, quien argumentó que las revisiones anuales que se realizan a este tipo de negocios -dedicados a los efectos especiales- se dirigen, sobre todo, a garantizar las medidas de seguridad para evitar robos. "En la calle nadie sabe si es un arma de verdad o no", explicó.

Las fábricas autorizadas para manejar materiales explosivos, al contrario que la siniestrada, son objeto de inspecciones técnicas ordinarias, al menos, cada seis meses, según especifica el Reglamento de Explosivos. Estas revisiones corresponden a las áreas de Industria y Energía del territorio en el que radiquen. El Reglamento de Explosivos, aprobado por el Real Decreto 230/1998, especifica ciertas normas por las que se deben guiar. Así, el cerramiento de las fábricas debe tener una altura no inferior a dos metros y 50 centímetros, teniendo que ser estos últimos de alambrada de espino. De igual forma, las fábricas deben estar situadas a una cierta distancia del núcleo urbano, que varía en función del tipo de material que se manipule. El reglamento establece también la obligatoriedad de que un vigilante de seguridad de explosivos controle la fábrica; que se respete el límite máximo de capacidad de producción anual, y que se cumplan las normas en la construcción. Por ejemplo, el material de las paredes tiene que ser más resistente que el del techo, en previsión de explosiones.

José Luis Giménez Privado, de 52 años, es el director gerente de Pirotecnias Vulcano, una empresa autorizada para fabricar productos pirotécnicos instalada en Villarejo de Salvanés desde 1991. "Hay que estar siempre muy pendiente cuando se trabaja con pólvora", recomienda este profesional, que desde hace 22 años trabaja en el sector.

Pirotecnias Vulcano -aislada y ubicada a 4,5 kilómetros del centro urbano- goza de autorización para almacenar 7.800 kilos de material pirotécnico, que manejan 16 operarios. "Es muy peligroso manipular estos materiales, porque cualquier insignificancia puede provocar un grave incidente", explica Giménez Privado.

"Es lamentable que episodios como el de hoy [por ayer] sucedan", afirmó la responsable de Salud Pública de UGT, Marisa Rufino, quien denunció que el 70% de las empresas de la región carecen de plan de emergencia.

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