_
_
_
_
Entrevista:ROMÁN GUBERN | FÓRUM DE BARCELONA | Observatorio

La haima, bazar de ideas

¡Qué bien suena la inicial aspirada! Pero la Academia la recoge con j y Pompeu Fabra la ignora. La jaima del desierto, que se alza junto a la humedad mediterránea, constituye una estructura posmoderna y atípica, de módulos múltiples y techos multicolores. No se parece a la jaima del jalifa que veíamos en los No-Do antiguos, cuando España era un imperio vestido de caqui. Tampoco huele a excrementos de camello, como aquellos rincones de la Feria de Muestras de nuestra pubertad, que querían reconstruir un rincón típico del Protectorado en una parcelita de Montjuïc. Es una jaima pulcra y con aspecto de artefacto hollywoodiense, en la que no podemos imaginarnos una reunión de jefes tribales. Ni siquiera a la megalomanía de Gaddafi, que viaja con su jaima a cuestas, se le había ocurrido levantar un castillo de lonas como el que ofrece el Fórum a dos pasos de nuestro lago continental, como metáfora del oasis sahariano. Se trata de una jaima desfolclorizada y glamourosa, que quiere demostrar que Al-Andalus ha progresado mucho en los últimos cinco siglos.

He recorrido la jaima sin encontrarme con beduínos embozados ni con bailarinas del vientre. Un espacio tan grande podría servir para cualquier cosa. Podría ser mezquita, pues ya se sabe que se puede improvisar en un garaje o en una carnicería, ubicuidad que preocupa mucho a nuestros funcionarios de seguridad. Pero me dicen que albergará a ONG y agencias de la ONU. La jaima aspira a ser un bazar de ideas en vez de un zoco de mercaderes. Esperemos que, bajo su funda coránica, también quepan las reivindicaciones de la moderna condición femenina.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_