El maquinista del tren de Tobarra achaca el accidente a un fallo técnico
Renfe mantiene la tesis de sabotaje que lanzó Álvarez-Cascos
El maquinista del Talgo que descarriló en Tobarra el 4 de enero de 2003 provocando dos muertos y 50 heridos asegura en su declaración al juzgado que en el momento del accidente notó "un fuerte golpe en los bajos de la máquina y de inmediato la misma, de una forma muy brusca, se levantó del lado izquierdo, por lo que descarriló el convoy". Así rechaza la posibilidad del sabotaje, que todavía mantiene Renfe, como hizo el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, y ratificó Aznar en el Congreso.
Esta declaración en el Juzgado de instrucción número 1 de Hellín coincide de forma casi idéntica con el informe presentado por la consultora Tecnos, SA (a petición del juzgado, ante la imposibilidad de desarrollarse estos estudios en los laboratorios de la Guardia Civil), que concluía que el accidente se produjo tras la rotura de la barra de frenado, situada en la parte inferior de la locomotora, cuyas soldaduras estaban deterioradas por la mala calidad de sus reparaciones.
El maquinista -imputado por un presunto delito de imprudencia con resultado de muerte y lesiones- rechaza la posibilidad del sabotaje habida cuenta de que, según consta en la declaración a la que ha tenido acceso este periódico, "un objeto con las dimensiones suficientes para provocar el descarrilamiento de un tren sería fácilmente perceptible", lo que no ocurrió, ya que en ningún momento se apercibió de que hubiese algún objeto en la vía.
De las palabras del maquinista, que venía desempeñando su trabajo desde hace 10 años en la línea de ferrocarril que une Cartagena y Madrid, se desprende también que el día anterior al accidente la locomotora fue enviada al taller de Talgo en Las Rozas (Madrid) para que le arreglaran una avería en uno de los motores. En esa reparación, según el imputado, no se hizo una revisión de los frenos, extremo que no ha podido ser confirmado por Talgo.
Su declaración ahonda en la tesis que asegura que las piezas de la barra del freno se desprendieron antes del descarrilamiento, lo que al colisionar con los balastros ocasionó el descarrilamiento del convoy, en el que perecieron dos mujeres, una de Murcia y otra de Albacete y provocó 50 heridos.
De esta forma el estudio de Tecnos se ha convertido en el hilo conductor de la investigación judicial, que ahora trata de comprobar si el accidente se produjo por una falta de celo del maquinista al comprobar el estado de la locomotora, o si se debe a un error de Talgo.
Además, el maquinista aseguró que el día del accidente no había bebido alcohol, y que mantenía una velocidad de 130 kilómetros por hora, tal y como aconseja el manual de Renfe para la zona. Tras el accidente, la velocidad máxima a su paso por la localidad albaceteña de Tobarra se ha bajado hasta los 80 kilómetros por hora.
Las piezas de la barra de frenado se encontraban deterioradas. También el estudio explica que "es posible que la barra, en la situación precaria (colgando de un extremo y de uno de los cables) realizara algún viaje sin que se advirtiera su estado", por lo que según el informe el descarrilamiento pudo haberse producido perfectamente días antes.
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