Alberto Aguilar quiere y puede
La novillada tuvo una primera parte de apreciables pasajes artísticos, y una segunda deslucida por mor de unos novillos apagados. Pero lo que sí tuvo el festejo fue a un Alberto Aguilar entregado y completo en todos los tercios. Usó el capote con alegría, variedad y templanza, puso banderillas con facilidad y poderío. Y nos brindó dos trasteos que fueron creciendo en saber y técnica, y, ojo al dato, en ese cruzarse, dejar la muleta planchada y por delante. Un pasó adelante en torería y reposo del madrileño.
Andrés Revuelta no pudo hacer nada en el cuarto, suculento marmolillo, y lució corte artístico, gusto y temple en su primero, noble y flojo, muleta en mano. Y Carlos Doyagüe, que tampoco sacó nada en claro en el quinto, otro manso rajado, nos alegró la pupila en su primero, al mostrar un vertical corte torero, naturalidad y una mano izquierda de enjundia, sabor, límpido trazo.
López / Revuelta, Doyagüe, Aguilar
Novillos de Antonio López, desigualmente presentados, serios, de juego irregular; 1º y 2º nobles; 3º devuelto; sobrero de Félix Hernández, manejable. Andrés Revuelta: estocada caída (ovación); pinchazo hondo y descabello (silencio). Carlos Doyagüe, nuevo en esta plaza: pinchazo hondo y estocada baja (saludos); casi entera (silencio). Alberto Aguilar: estocada desprendida (ovación); estocada desprendida -aviso- y dos descabellos (ovación). Plaza de Las Ventas, 21 de marzo. Un cuarto largo de entrada.