Helmut Werner, ex presidente de Mercedes-Benz

Helmut Werner, ex presidente de Mercedes-Benz, falleció en Berlín a la edad de 67 años, según informó la empresa de automóviles. Había sido uno de los ejecutivos más importantes de la marca alemana, pero perdió poder tras la fusión que se produjo con la firma estadounidense Chrysler, y que dio lugar al grupo DaimlerChrysler.

Helmut Werner nació en Colonia en 1937 y se graduó en la universidad de esa ciudad en 1961. Comenzó su carrera en el sector de ventas. En 1979 se incorporó a la compañía de neumáticos Continental, donde fue presidente de 1982 a 1987, lo que le dio fama en el sector del automóvil como un gestor competente.

Tras su paso por Continental se incorporó a Mercedes- Benz en 1987. Allí comenzó a trabajar en la división de camiones, autocares y vehículos industriales de la marca. Seis años más tarde, en 1993, se trasladó a la sección de turismos, que en aquel momento atravesaba una crisis importante, con cientos de empleos en la cuerda floja.

Fue nombrado presidente y tomó la decisión de abrir nuevos mercados para los automóviles Mercedes, decisión que pronto dio sus frutos. Además, prestó atención a las sugerencias de los jóvenes ejecutivos de la empresa, que tenían ideas innovadoras sobre los nuevos modelos que debía fabricar Mercedes. También se dio cuenta de que la salida de la crisis pasaba por la colaboración con los sindicatos.

De este modo, sacó al mercado modelos como el pequeño Smart, desarrollado en colaboración con el fabricante suizo de relojes Swatch, y fabricó autómoviles que hasta entonces se apartaban de la filosofía de la firma alemana, como el Mercedes clase A, el 4x4 clase M y el SLK Roadster.

Werner también abrió una fábrica de Mercedes en Estados Unidos y contribuyó de manera importante a que la marca alemana siguiera siendo una marca puntera dentro del sector de los automóviles de lujo.

Sin embargo, la salida de Werner de la empresa empezó a fraguarse cuando quiso luchar por mantener la independencia de Mercedes en su relación con Chrysler. Esto le llevó a una rivalidad no disimulada con el otro peso pesado de Mercedes, Jurgen Schrempp. Este último fue el encargado de pilotar el proceso de fusión con Chrysler, e imponer su nueva filosofía a la empresa emergente. En 1997 Werner decidió que ya no podía seguir trabajando allí y dimitió.

Al poco tiempo, la revista Business Week le nombró uno de los 25 ejecutivos más importantes del mundo. Pero Werner declaró que no quería convertirse "en un pensionista que sólo juega al tenis y va a esquiar". Más tarde fue nombrado presidente de la Expo 2000 de Hannover, y entró como consejero en empresas como Alcatel, IBM Alemania y BASF.