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MÚSICA EN 7 D

La delicada Lidia Pujol y un Eagle-Eye Cherry íntimo actúan frente a la aspereza de Ilegales

La artista catalana Lidia Pujol abre con delicadeza una semana que acoge por igual a artistas de marcado carácter intimista, como Eagle-Eye Cherry, o feroces defensores del ruido como Ilegales, Gorky's Zygotic Mynci o Serafín. El pop español mira al pasado a través de Modestia Aparte o Un Pingüino en Mi Ascensor, pero se ilusiona con el futuro de L-Kan, Superputa, o Las Poni Girls. El hip-hop cuenta con un festival en Alcorcón, aunque la estrella del género esta semana es Prince Paul.

- Gusto e intimismo. No es fácil poner etiqueta a lo que propone la catalana Lidia Pujol, pero se sabe que lo que hace lleva todo el Mediterráneo dentro. De delicada belleza en la voz y en las maneras, su irrupción en solitario con el disco IAIE tras dejar el dúo que formaba con Silvia Comes, es toda una inyección de buen gusto y sencillez. Lo mismo canta a Federico García Lorca, que se recrea en francés, castellano o catalán con piezas que pueden sonar acuáticas, celtas o aflamencadas, pero siempre sobrecogedoras. La máxima expresión del buen gusto para abrir una semana que pasa también por el giro que ha dado a su carrera el sueco Eagle-Eye Cherry, un artista que a pesar del venir del frío norte suena tan cálido que bien podría atribuírsele también cierto baño en el Mediterráneo.

Hijo del influyente trompetista de jazz Don Cherry y, por tanto, hermano de la cantante Neneh Cherry, Eagle-Eye conoce bien España. Suele visitar a su afamada hermana, que pasa largas temporadas en el sur almeriense, y en estos años ha actuado con frecuencia en los escenarios españoles. Cuando aún era un desconocido y no tenía disco alguno, Eagle-Eye Cherry pasó dos semanas en el Chesterfield madrileño, que vivía entonces sus primeros días como club de música en directo. Sub Rosa se llama el disco que viene a presentar ahora y donde el artista se expone desde un punto de vista más intimo.

- Viejo y nuevo pop. Un tufillo nostálgico impregna el festival que se celebra el viernes en La Riviera bajo el confuso título de Mi Generación en Concierto. El cartel lo integran los grupos más convencionales del pop de la segunda mitad de los ochenta que quisieron seguir la estela de la movida y la nueva ola, aunque imitando maneras sin asumir el riesgo de sus predecesores. Un Pingüino en Mi Ascensor o Modestia Aparte son claros exponentes de aquel pop estándar que adormeció del todo una década que había empezado exultante.

A cambio, el primer festival Electro Spain muestra que en el pop español hay todavía quien se atreve a arriesgar. Dos días en dos salas diferentes con grupos como Superputa, L-Kan, Mano de Santo, Begoña o Las Poni Girls para mostrar que la diversión, el desparpajo y la frivolidad no están reñidos con la calidad y la vanguardia.

Entre medias se queda José María Granados, un gran creador de hermosas canciones pop que suena fresco y vital ya entrado el siglo XXI. Ex componente de los nuevaoleros Mamá, Granados sigue presentando su segundo disco en solitario Aquí no es. De su quinta, más o menos, es Jorge Martínez, el iconoclasta rockero asturiano que recientemente ha resucitado a los irrepetibles Ilegales. Con ellos va a pasar tres noches en El Sol entre la insurrección, el combate, la diversión y la astucia de saber seguir con dignidad. Pasando de la queja recurrente de lo mal que está todo, Jorgue Ilegal ha decidido coger el toro por los cuernos editándose el mismo su reciente disco y aportando cosas nuevas cada vez que se sube a un escenario.

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- Canciones y jazz. El timplista canario José Antonio Ramos vuelve a verse con su paisano, el pianista Polo Ortí, para ofrecer otras sesiones que fusionan folk y jazz. Por las músicas del mundo, un término que cada vez engloba más conceptos, deambula la brasileña Silvia Malta, el cubano Kelvis Ochoa o la cantante de origen guineano Concha Buika, tres propuestas que tienen en la canción su exponente primordial. Canción es también lo que hace Labordeta, que vuelve a empuñar su guitarra y su recia voz baturra para seguir cantándole a la libertad; o la murciana Esmeralda Grao, con su garganta de seda. El cubano Omar Sosa, con más sabrosura, acude a Interparla, el festival de músicas de mundo que celebra la villa madrileña de Parla. No muy lejos de ahí, en Alcorcón, la canción se hace rap con una velada que juntará diversos artistas del género, además de muestras de bailes y grafitos. Pero el gato al agua del hip-hop se lo lleva esta semana Prince Paul, una estrella del arte de rimar, que con su reciente disco Politic of the Business, que presenta esta misma noche, viene a demostrar que en el rap también cabe la diversión y el humor.

- Brillantes visitas. Los escoceses Mogwai, con su sutil pos-rock de atmósferas envolventes, cierra el sábado una semana en la que habrá dejando su impronta los galeses Gorky's Zygotic Mynci y el cuarteto londinense Serafín. La psicodelia y cierta distorsión marcan el estilo de la banda del País de Gales que, diez años después de su esperanzador debú, muestran su madurez y buena salud en Seleep/Holiday, un disco que, aún fieles a su fiero estilo, les aparta un poco del ruido primigenio y les hace más íntimos y baladistas.

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