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"El caso Centeno lo administramos todos muy mal"

P. ¿Se ha sentido cómodo en la ejecutiva regional?

R. En algunos momentos más que en otros, pero en términos generales, sí. Yo no he intervenido prácticamente nada en política orgánica, fue una decisión que me marqué en el último congreso. Entendí que probablemente ese tiempo aquí ya no me correspondía, pero he podido dar mi opinión en casi todos los temas de relevancia política y me he sentido respetado y entendido y que mis opiniones eran escuchadas. Ha habido momentos peores.

P. ¿Cuáles?

R. Ha habido momentos de incomprensión, también por mi parte seguramente, en los momentos posteriores al congreso y cuando ocurrió el debate al que no me quiero referir que supuso la dimisión del vicepresidente segundo del Parlamento [Rafael Centeno, renunció a todos sus cargos políticos por un comentario que todos los grupos calificaron de xenófobo]. Ahí tuve unas diferencias notables sobre cómo se habían llevado las cosas.

P. ¿Se refiere a la forma de ejercer la política?

R. Sí. El recuerdo que yo guardo de aquello es que todo lo administramos muy mal políticamente y me incluyo yo.

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P. ¿Puede ver un cierto cansancio electoral del PSOE en Andalucía tras 22 años de gobierno?

R. Lo que dicen hasta ahora mismo los datos es que existe un nivel razonable de satisfacción con lo conseguido y con lo realizado. Llevamos 22 años gobernando, pero la CSU lleva gobernando Baviera desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El problema no es el tiempo que lleves gobernando, sino tu capacidad para adaptar tus proyectos y programas a los cambios que se van produciendo. Las dos iniciativas políticas de mayor envergadura que se han puesto encima de la mesa (la segunda modernización y la reforma del Estatuto) que van a monopolizar la próxima legislatura las ha puesto el PSOE. Quien está marcando por dónde van a circular las grandes líneas del futuro es el PSOE. Ambos temas, que fueron recibidos con reticencias por todos cuando el presidente de la Junta los planteó han acabado ocupando la centralidad del debate político en Andalucía.

P. ¿Cómo calificaría la oposición que ha ejercido el PP?

R. He sido presidente del Parlamento durante ocho años, he intentado gobernar la Cámara de un cierto sentido de la equidad y la ecuanimidad y una de las cosas que tengo vedadas es juzgar los comportamientos políticos de los grupos.

P. ¿La oposición que ha ejercido el PP tiene posibilidades de éxito electoral?

R. El principal problema que tiene el PP en Andalucía es el de ser capaz de presentar un proyecto político que defienda los intereses de Andalucía. En los últimos años se ha limitado básicamente a ser una delegación del Gobierno de España en Andalucía y, claro, defender a un Gobierno que ha tomado decisiones no muy favorables a nuestros intereses, pues es complicado, los andaluces no lo ven como un proyecto político que los pueda representar.

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