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Reportaje:TENIS | Australia, campeona de la Copa Davis por 28ª vez

Nada de lo que arrepentirse

Los responsables del equipo español, que ya tienen una oferta para seguir como tales en 2004, consideran acertadas sus decisiones pese a la derrota

Los responsables del equipo español de la Copa Davis, el G-3, se sienten satisfechos del trabajo realizado. Jordi Arrese, que ha actuado este año como capitán en la pista; Josep Perlas y Juan Bautista Avendaño no se arrepienten de ninguna de las decisiones tomadas. Y, a pesar de las discrepancias internas que han debido saldar con votaciones, tienen sobre la mesa una oferta de renovación para 2004 que les ha planteado ya Agustí Pujol, el presidente de la federación española.

"El momento más duro", confiesa Arrese, "fue cuando tuvimos que decirle a Albert Costa que no jugaría el doble en la final. Para mí, resultó un trago difícil porque le aprecio y considero que es un elemento muy importante dentro de la estructura del conjunto. Pero, ante Australia, necesitábamos un gran sacador, alguien más acostumbrado a la hierba, como Feliciano López".

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Ésa fue la más complicada y controvertida, pero desde el inicio de la temporada el G-3 tuvo que tomar determinaciones importantes para lograr un buen funcionamiento del grupo. La primera fue la de mantener la unidad pasara lo que pasase. "Cuando nos reunimos al comienzo del ciclo, apostamos por un grupo muy reducido de jugadores", explica Perlas; "teníamos un equipo base compuesto por Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyà, Albert Costa y Àlex Corretja. Y decidimos incorporar a nuestra órbita a Tommy Robredo y Joan Balcells si lograba recuperar la confianza y podía volver a jugar el doble [como en el triunfo de 2000]".

Así vivieron todo el año. Así ganaron cómodamente a Bélgica, en Sevilla, y Croacia, en Valencia, y sufrieron más de la cuenta en las semifinales de Málaga contra Argentina. Como hace tres cursos -entonces ya estuvieron Perlas y Avendaño en el G-4, junto a Duarte y Vilaró-, todas las eliminatorias se jugaron en cancha propia, lo que facilitó las cosas ostensiblemente. Por otra parte, el excelente momento de Ferrero y Moyà no permitió hacer cambios arriesgados como aquella vez, cuando se abrieron las puertas a Ferrero en detrimento de otros jugadores mejor clasificados. Los individuales estaban muy claros. Y el doble también, porque Corretja y Costa -que sustituyó a Balcells en un momento delicado de su carrera- aceptaron el reto de prepararse a fondo para jugar ese punto.

Todo fue fácil para los capitanes porque incluso cuando las cosas se complicaron parecía impensable cambiar los individuales. Los mantuvieron y acertaron. Moyà realizó uno de sus mejores partidos para ganar el quinto punto al argentino Gastón Gaudio. Pero en la final el G-3 tuvo que arriesgarse. Sustituir a Costa no era sencillo porque suponía dar una bofetada a quien había aceptado un gran sacrificio por el equipo. Pero lo hicieron. Y el invento sufrió un descalabro similar al que habría sufrido cualquier otro hipotético doble ante Todd Woodbridge y Wayne Arthurs.

El dúo Corretja-López comenzó a ser cuestionado una hora y media después de su debut. Su vida habría podido ser menos efímera en otras circunstancias. Pero ahora su futuro es dudoso. "Nos planteábamos jugar juntos en el circuito, pero depende ya de lo que digan los capitanes", explica Corretja. "No sabemos qué va a ocurrir", tercia Arrese; "pero nos gusta que haya jóvenes, como Robredo, Nadal o López, que se planteen formar parejas estables". Aun así, el equipo español dependía de los individuales. Y Ferrero, nuestro número uno, acabó cediendo sus puntos en dos batallas maratonianas y estériles.

"Es cierto que hemos perdido", asume Arrese; "pero creo que el equipo ha dado todo lo que llevaba dentro. Tenemos unos jugadores que son para soñar. Con ellos y la gente que viene apretando por detrás, España puede ganar otra Davis. Para mí, y creo que para el G-3, la experiencia ha sido alucinante. Y me reafirmo en el criterio de que hemos acertado en la mayor parte de nuestras decisiones. Yo no cambiaría nada. Sólo el resultado de la final".

Jordi Arrese trata de dar ánimos a un Juan Carlos Ferrero abatido en la última manga.
Jordi Arrese trata de dar ánimos a un Juan Carlos Ferrero abatido en la última manga.AP

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