La inversión y sus metáforas
El lenguaje financiero usa y abusa de las metáforas para transmitir de manera intuitiva lo que sucede en los mercados. Las metáforas permiten utilizar las palabras en sentido figurado, como cuando se dice que los ordenadores tienen "memoria"; o que el índice Ibex 35 ha subido o bajado en un determinado porcentaje, verbalizando así la impresión visual que provoca un gráfico. Los anglosajones van aún más lejos e identifican el gráfico con un mapa, por lo que cuando el Índice Dow Jones sube, se permiten decir que ha tomado dirección norte.
En el mundo de los fondos de inversión, a este tipo de metáforas se le ha aplicado una vuelta de tuerca que lo hace rayar en el oxímoron: otra palabra muy poco utilizada en castellano (una excepción sería el anuncio de una marca de telefonía móvil) que consiste en el uso combinado de dos términos incongruentes o contradictorios. Ejemplo: silencio atronador.
Pues bien, no otra cosa sino un oxímoron es el contenido de la última moda en el mercado de los fondos de inversión: la rentabilidad absoluta. O, dicho de una manera más general, la inversión alternativa. Mediante ambos conceptos, que son parcialmente coincidentes, se denomina toda una serie de fondos que la clasificación de Inverco agrupa como fondos globales: fondos sobre los que los gestores tienen una gran libertad de actuación, de modo que puedan tomar decisiones rápidas de reajuste de las carteras.
Esta moda es una reacción a lo que durante los años previos había sido un dogma: la gestión contra un índice, en la que a los gestores se les ataba las manos para que no pudieran desviarse de "la vocación inversora" del fondo (por ejemplo, invertir en renta variable española un mínimo del 90% de la cartera) y evitar así que incurrieran en errores de evaluación del futuro.
Los fondos de gestión alternativa son la respuesta circunstancial a las malas rentabilidades de Bolsa de años pasados. Una buena solución si sólo son parcialmente alternativos: un 10% o 20% de la cartera del fondo. Porque los fondos de gestión alternativa prometen la búsqueda de una rentabilidad absoluta, que es como decir de la serenidad absoluta; algo que, con suerte, consiguen mediante técnicas que desligan su evolución de los altibajos de los mercados. Esas técnicas se basan en regularidades estadísticas y sólo fallan cuando fallan éstas; es decir, en los momentos más críticos.
Juan Ignacio Crespo es director de Análisis de Lipper.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.