'Maradona' Sánchez

No cabían más mensajes el sábado por la noche en el teléfono móvil de David Sánchez, centrocampista del Albacete. Entre ellos, uno muy especial. Por el emisor: Saviola. Y por el mensaje: "Tu gol me ha recordado al de Maradona en Belgrado ante el Estrella Roja [Recopa, 20 de octubre de 1982]". La vaselina de Sánchez a la Real Sociedad, al ver adelantado a Westerveld, ha evocado el gol del as argentino, en su etapa del Barça, a Stojanovic. Dos toques de genialidad: la bota izquierda muy abajo del balón y éste que vuela suave por encima del portero. Tras el 3-1 a la Real, David regaló la camiseta a su padre, Manuel, mecánico y ex jugador del filial del Betis, aunque sevillista de corazón.

"La vaselina, si te sale bien, es perfecta y eficaz. Si no, quedas muy mal", dice Sánchez, sevillano del barrio de Altair, de 21 años, cedido al Albacete por el Barça. Y advierte de que no será ni la primera ni la última: "Estos goles ya los he marcado en otras categorías".

Lo confirma Germán Vaya, Mani, 25 años como técnico del Betis y actual ojeador del Barça en Andalucía, el hombre que se lo recomendó al club catalán hace tres. El Barça pagó entonces 15 millones de pesetas al Sevilla. Tenía diez años cuando fue a ver un partidillo de su hermano, se puso a jugar "un gato [un rondo]", vestido con vaqueros y zapatos de calle, y un ojeador se lo llevó al Sevilla. "Lo he visto crecer y le dije a Llorenç Serra Ferrer que era un cheque al portador", cuenta Mani, que le apodó Redondo por su parecido con el volante argentino del Milan. "Sabe proteger el balón, tiene una gran pegada y regatea bien pese a lo grande que es [1,88 metros]". Pero parece lento. "Es la impresión que da. Puede que lo sea en la distancia corta, pero tiene mucha zancada", remata Mani.

Sánchez actúa tanto de medio centro como de media punta. Él prefiere esta última posición, aunque le falte la velocidad de arrancada de Aimar, por ejemplo. "Es que Aimar mide metro y medio y es paticorto", se defiende Sánchez, que prefiere la comparación con Zidane, otro grandote de técnica prodigiosa. De hecho, ya marcó en el Barça B a lo Zidane en la pasada liguilla de ascenso a Segunda ante el Logroñés: tras un regate en el que se dio la vuelta mientras pisaba el balón con los dos pies.

El gol ha disparado las hipérboles y el técnico del Albacete, César Ferrando, las frena en seco. "Debe cambiar el chip. Siempre quiere jugar bien y eso aquí no puede ser. Quiere jugar en corto porque en el Barça todos sus compañeros son muy buenos técnicamente, pero aquí no lo son. Yo le digo: 'En el Barça siempre tenéis el balón; aquí no. No puedes estar parado en el centro del campo. Debes estar más vivo". Y el jugador acepta las críticas: "Me gusta tanto divertirme que subo mucho y se me nota demasiado el déficit defensivo".

El chico está convencido de que volverá al Barça para quedarse. "[Frank] Rijkaard [el técnico azulgrana] me dijo que Ronaldinho era un fichaje galáctico, pero que también confía mucho en mí". Y el que fuera su entrenador en el filial, Quique Costas, le augura un brillante futuro. "Jugaría mejor en un equipo grande. Es de la escuela sevillana: un poquito de circo, pero también trabaja bastante. Yo tenía ilusión en que se quedara, pero le va a venir bien este año en el Albacete".