Los novísimos son la esperanza

Darrel Brown tiene 18 años y fue segundo en la final de 100 metros. En él se concentran las miradas en una prueba que ha entrado en una profunda regresión. Todos los datos le apuntan como el nuevo fenómeno de la velocidad. Tiene todos los récords por edades desde los 15 años. Desde entonces no se ha detenido. Dos veces campeón del mundo júnior, es el futuro en una especialidad que tiene un presente mediocre. En las semifinales corrió en 10,01 segundos, récord mundial júnior y aviso del ciclón que viene. Queda por saber el efecto de su salto al circuito universitario estadounidense. Este año se ha enrolado en la Universidad de Alabama. Por delante tiene cuatro años de duro aprendizaje en las Ligas que tantas veces han acabado con las carreras de grandes esperanzas de la velocidad.

Brown no es el único que aspira al reinado. Lo normal es que Justin Gatlin, el joven velocista de Florida, sea capaz de confirmar en los próximos meses que es el mejor de Estados Unidos. Apenas ha necesitado una temporada entre los profesionales para ofrecer datos interesantes. Campeón del mundo indoor, ha bajado recientemente de 10 segundos. Lo ha hecho después de salir de una lesión muscular que ha retrasado su preparación y que le ha impedido participar en los Mundiales. Por físico y por los antecedentes de sus registros es la gran esperanza estadounidense.

Al fondo aparece la figura de Usain Bolt, el fenómeno jamaicano que acaba de cumplir 17 años. Nada se sabe de sus posibilidades en los 100 metros. En los 200 metros es la sensación del momento, con esa marca de 20,13s que ha asombrado a los especialistas. Su paso al 100 no será sencillo. Su aparatoso físico, mide 1,95 centímetros, no le ayudará, pero habrá que desvelar su potencial en los próximos meses.