Una relación de odio y amor con Cruyff
El ex técnico avala a Rijkaard pese a sus discrepancias en anteriores etapas
Avalado por un currículo impresionante como jugador -tres Copas de Europa, dos Intercontinentales, una Recopa, dos Supercopas, siete Ligas y la Eurocopa de 1988 con Holanda-, Frank Rijkaard empezó a lo grande su carrera como entrenador, relevando a Guus Hiddink al frente del combinado oranje,tras un brevísimo periodo como asistente. Tenía 35 años, sólo hacía tres que había colgado las botas y se había ido a vivir con su familia a Montecarlo. Su primer objetivo no era precisamente discreto: la afición holandesa tenía depositadas las máximas expectativas en una Eurocopa de la que era anfitriona, la de 2000.
Rijkaard pagó la novatada en los 14 partidos de preparación, saldados con un sólo triunfo, 12 empates y dos derrotas. Le cayeron palos por todas partes. Ya en plena Eurocopa, mejoraron los resultados pero no las críticas. Cruyff fustigó especialmente a Davids, al considerar que no poseía la clase suficiente para ser el eje sobre el que girase Holanda.
Los caminos de Cruyff y Rijkaard, que dicen ser amigos, se han cruzado en diferentes ocasiones. En 1987 ambos ganaron la Recopa con el Ajax. Pero una temporada después Cruyff,todavía técnico del Ajax, montó en cólera al enterarse de que que Rijkaard había firmado un precontrato con el PSV Eindhoven. Las desavenencias desembocaron en el fichaje de Rijkaard por el Zaragoza. El Milan le fichó para acompañar a Gullit y Van Basten y allí, de la mano de Arrigo Sacchi, hizo historia. En 1990, marcó el gol de la victoria de la Copa de Europa contra el Benfica. Ese año, en el Mundial de Estados Unidos y en un partido contra Alemania, protagonizó un feo episodio que zanjó sincerándose ante la prensa. "Völler no me ofendió", dijo Rijkaard, desmintiendo las informaciones que decían que el alemán le había lanzado insultos racistas; "fui yo el que perdí la cabeza. Pido perdón a Rudi por lo que hice". Rijkaard había escupido dos veces a Völler en el partido, pero el árbitro expulsó a ambos. En 1993 regresó al Ajax donde, en 1995, ganó su tercera Copa de Europa junto a varios jugadores que ahora están en el Barcelona como Kluivert, Overmars, Reiziger y, hasta ayer, Frank De Boer.
Como seleccionador, Rijkaard demostró tener las ideas muy claras. A pesar de que sólo cayó en semifinales y por penaltis frente a Italia, asumió toda la responsabilidad del descalabro. "Mi objetivo era ganar la Eurocopa. He fracasado y es hora de dar paso a un nuevo seleccionador. Quise conseguir resultados y creo que los habíamos merecido", afirmó de dejar vía a libre a Louis Van Gaal.
Mucho peor fue su paso por el Sparta de Rotterdam la pasada temporada. No pudo evitar que descendiera a Segunda por vez primera en su historia y recibió incluso amenazas de muerte contra él y su familia. Desde entonces, mayo de 2002, no había dirigido a ningún otro club. La llegada de Laporta a la presidencia, los consejos de Cruyff y la sintonía con las ideas del director deportivo, Txiki Begiristain, le han brindado a Rijkaard la oportunidad de saltar de nuevo al primer plano del fútbol.
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