La cumbre de la UE quiere pactar el fin del secreto bancario

La disputa entre los Quince por la armonización de la fiscalidad del ahorro en la Unión Europea se presenta como uno de los ejes del Consejo Europeo que pone fin a la presidencia portuguesa. La cumbre, que abre hoy sus sesiones en Santa Maria de Feira, a 35kilómetros de Oporto, parecía de antemano una cumbre de transición, pero los ministros de Finanzas europeos comenzaron a buscar ayer un acuerdo sobre el polémico punto de la fiscalidad que, entre otros requisitos, sirva también para acabar con el secreto bancario.

A primera hora de la pasada madrugada, los ministros concluyeron la sesión sin alcanzar un acuerdo. Hoy seguirán negociando. El problema de la armonización de la fiscalidad del ahorro ha sido incluido también en la agenda que examinarán los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión. Desde que en 1989 se aprobó la libre circulación de capitales en el espacio comunitario, la opacidad fiscal de algunos países, como Luxemburgo, ha sido señalada como una vía para atraer capitales de dudosa legalidad por los Estados que aplican retenciones en la fuente. Aunque el Reino Unido ya no bloquea abiertamente el acuerdo sobre armonización de la fiscalidad del ahorro, Luxemburgo, Bélgica, Grecia y Austria se oponen ahora a las condiciones del pacto, que implicarían la abolición del secreto bancario. Entretanto, horas antes de que los sindicatos europeos se movilicen hoy en Oporto por el "pleno empleo", el levantamiento de las sanciones bilaterales impuestas a Austria tras la entrada de la ultraderecha en el Gobierno de Viena centraba ayer la reunión de los líderes del Partido Popular Europeo (PPE) en Oporto. A la cita se incorporó, tras cuatro meses de ausencia forzada, el canciller austriaco, Wolfgang Schüssel. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, según fuentes del PPE, es partidario de una "fórmula de compromiso" para el levantamiento de las sanciones.