Clinton dice adiós a la escena mundial con una vibrante defensa de la ONU

El presidente de EE UU, Bill Clinton, cercano ya el final de su liderazgo, abrió ayer la Cumbre del Milenio en Nueva York con un discurso de despedida de la comunidad internacional, en el que defendió el papel de Naciones Unidas y pidió un mayor respaldo internacional para las misiones de paz de la organización. Ante más de 150 dirigentes de todo el mundo, Clinton no ahorró críticas al tradicional desprecio de los norteamericanos por Naciones Unidas: "Aquellos que en mi país o en cualquier otra parte creen que podemos prescindir de la ONU o imponer nuestra voluntad sobre ella malinterpretan la historia y no comprenden el futuro". "Nos guste o no, somos cada vez más interdependientes", añadió. Por su parte, Kofi Annan, secretario general de la ONU, recordó los retos pendientes de la humanidad -"una madre no puede entender por qué su hijo debe morir de malnutrición o por una enfermedad que pudo prevenirse"- y sugirió reformas para mejorar el funcionamiento de la organización. Entre las decenas de encuentros bilaterales que se celebran en Nueva York, Clinton, empeñado en resucitar el proceso de paz en Oriente Próximo, vio ayer al primer ministro israelí, Ehud Barak, y al dirigente palestino, Yasir Arafat. Previamente, en una entrevista con José María Aznar celebrada el martes, Barak le pidió al presidente del Gobierno español que se volviera a reunir con Arafat para sugerirle que hiciera nuevos esfuerzos en el desbloqueo de las negociaciones. Aznar transmitió ayer el mensaje al dirigente palestino. En su discurso ante la cumbre, el presidente español defendió la función histórica de la ONU y el principio de soberanía como piedra angular de la sociedad internacional, aunque puntualizó que ese principio no debe escudar "a quienes fomentan o toleran atrocidades masivas".