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Alineaciones populares hechas con el equipo habitual

Las candidaturas autonómicas aprobadas el pasado miércoles por el Comité Electoral del PP no han servido para echar a rodar las campanas en un militancia carente de moral tras el desgaste sufrido por la guerra de Irak. El candidato a la presidencia de la Generalitat, Francisco Camps, se limitó a señalar que representan "la experiencia y la renovación". Las alineaciones presentadas por el PP en estas elecciones están hechas con el equipo habitual y experimentado que ha arropado a Eduardo Zaplana durante su etapa al frente del Consell, especialmente en los últimos cuatro años. El análisis de los candidatos revela que en puestos de salida hay bastante menos renovación de la predicada, pero sí más experiencia y presencia de mujeres de la que el propio partido ha hecho gala.

Valores que no han servido para enjuagar el pesimismo que las listas levantaron ayer en ciudades como Alicante, donde sólo Julio de España, cabeza de lista, intentó romper una apatía generalizada: "Somos tantos que no cabemos todos", dijo. En Elche, donde el PP no ha colocado a ningún candidato en los puestos de salida, cundió la indiferencia. "Bastante tenemos con hacer frente a la que nos está cayendo aquí como para preocuparnos de ir o no a Valencia", admitió un cargo popular que pide anonimato.

El PP en la ciudad de Alicante estaba ayer de duelo por la candidatura municipal anunciada. Pesaron más las notables víctimas de la lista -María Teresa Revenga, Carlos Alcalde y José María Rodríguez Galant- que las incorporaciones, casi todas ellas de cargos que no han encontrado acomodo en Valencia, como los actuales parlamentarios Juan Rodríguez Marín o Luis Concepción.

En Valencia, algunos de los diputados sacrificados no ocultaron en privado su malestar, mientras que otros evitaron hacer declaraciones en espera de que un gobierno presidido por Camps permita encontrarles nueva ubicación.

Sin embargo, fuentes del PP apuntaron que la decisión de Eduardo Zaplana de recompensar a la práctica totalidad de sus ex consejeros con un puesto de salida en las listas autonómicas permitirá a Francisco Camps tener las manos libres para confeccionar su propio equipo de gobierno en caso de renovarse la victoría popular el 25 de mayo próximo.

Otra de las carácterísticas de la candidatura por Valencia es la posición de la incombustible Rita Barberá (lleva desde 1983 en las Cortes Valencianas) como número dos. Un puesto conseguido a pulso por su tirón popular y que será clave para ganar la batalla autonómica si, como se prevé, la llave del Palau de la Generalitat está guardada en la ciudad de Valencia.

La oposición tachó ayer las candidaturas del PP de estar integradas por personas de la "vieja guardia" de Eduardo Zaplana y bromearon con que "si Camps se descuida se cae de la lista"

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