Esto tiene tela

Lo ingenioso suele ser enemigo de lo artístico, por eso el invento fácil y la ocurrencia propia de un momento deben ser dosificados en la obra de arte para que ésta no aterrice en el campo de la anécdota y se convierta en chiste o gracia. El cubano, afincado en México, Alonso Mateo (La Habana, 1964) es un artista enormemente ingenioso pero su obra logra mantenerse en un nivel de rigor conceptual y de calidad de ejecución que le permite sobrevolar sobre lo anecdótico y evitar lo meramente gracioso para situarse en un plano de reflexión sobre los medios y los fines del arte.

Tras haber realizado unas

irónicas miradas sobre las monarquías y los valores de sus carismáticas joyas, que mostró en el año 2002, en la actual exposición nos presenta unos trabajos de sastrería que constituyen una mordaz reflexión coral, en clave metafórica, sobre los problemas del mundo de la pintura. En sus obras, el tradicional lienzo ha sido sustituido por tela de cortar trajes y sometido a las artes más habituales de la aguja.

Los sastres, para realizar su trabajo se sirven de patrones que permiten ajustar las prendas a medidas proporcionales, sobre este hecho establece Alonso Mateo una comparación entre la sastrería y el arte clásico, en el cual, proporción, simetría y euritmia determinan la belleza formal de la obra. El pintor William Hogarth, autor del célebre Análisis de la belleza, ironizó contra la Academia, encargada de velar celosamente por los cánones y las reglas, editando en 1761 un grabado en el que ridiculiza los órdenes clásicos asimilándolos a una colección de pelucas a la moda, que grabó tal como aparecen representados los capiteles en las láminas de los tratados.

De forma similar, los cua-

dros de Alonso Mateo parodian las instituciones del arte actual mostrando la pintura como el producto de una "academia de corte y confección" en la que se establecen unos patrones para confeccionar órdenes de mangas, solapas o bolsillos, con o sin pañuelo, con los que critica las modas del arte, lo que se hace expresamente evidente en uno de sus cuadros, titulado Suprematismo con bolsillo.

Las relaciones formales y materiales entre sastrería y pintura le permiten al artista no sólo desarrollar una ingeniosa parodia, sino indagar en otros aspectos de la creación plástica, como son los problemas derivados del soporte artístico, de las apariencias, de la formalización de la obra o de las añagazas del ready made, estableciendo con todas estas cuestiones unas referencias cruzadas que hacen que sus sobrias obras sean ricas y estimulantes.