"Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz"

"Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz". Ése fue el cántico con el que la entregada afición sevillana, que casi llenó las 3.500 plazas del pabellón de San Pablo, despidió de la pista al nuevo plusmarquista europeo de los 3.000 metros, Alberto García, que festejó así de la mejor manera posible su 32º aniversario.

García se mostró "sorprendido" por la calidad de su marca, aunque estaba "concentrado para batir el récord". "He conseguido algo grande. Ha sido muy importante la labor de las liebres. He tenido suerte, pero también doy gracias al público. Tenía miedo porque cuando llegué, una hora antes, no había casi nadie. Pero, al saltar a la pista y comprobar cómo estaban las gradas, me tranquilicé. No han dejado de apoyarme. Eso es muy importante cuando te pegas seis vueltas solo en la carrera", afirmó exultante.

"En los Mundiales de Birmingham puedo estar a la altura de Gebrselasie y El Guerruj y luchar por las medallas", concluyó.

Más sorprendido aún que García estaba otro de los grandes triunfadores de la tarde, Roberto Parra, que acababa de conseguir la mejor marca mundial de la temporada en los 1.500. "Estoy sobrepasado por los hechos. Es mi segunda carrera en esta distancia y estoy alucinado. Mi progresión es mayor a mis cálculos, espectacular", confesaba tras secarse las lágrimas con las que festejó su triunfo.

"Ahora hay que ir paso a paso. Esto lo cambia todo. Tendré que ir a los Mundiales, pero lo más importante es preparar el verano", comentó el atleta manchego respecto a la cita británica.

El tercer as de la tarde, el saltador Yago Lamela, más acostumbrado a los éxitos, comentó de forma lacónica que estaba muy satisfecho y que en su concurso se limitó "a poner en práctica las instrucciones de Rafa Blanquer", su entrenador.