Apoteosis
Estudio de F. Lazard. 1947.
El ajedrez es el único juego, al menos entre todos los que se conocen en la civilización occidental, en el cual la victoria no se obtiene capturando todas las fichas del adversario, sino logrando un objetivo abstracto: el jaque mate. Esto hace del ajedrez una formidable aventura en la que es posible poner de manifiesto todas las virtudes del espíritu humano, entre ellos el heroísmo. ¿Qué ajedrecista no sueña con jugar una partida en la que pueda sacrificar todas sus piezas y dar un mate espectacular con un solitario peón? Esa victoria supondría la victoria total del espíritu sobre la materia. El presente estudio de F. Lazard ofrece lo que podríamos definir como la apoteosis del triunfo del espíritu sobre la materia. La primera jugada es 1 Ce4 j.! Es obvio que si 1... d - e4 / 2 Ae1 mate, de modo que 1... Rh4 es forzada. Ahora, si 2 Ae1 j., g3 la victoria negra es un hecho. Pero existe la pasmosa jugada 2 Cg3!!, que amenaza 3 Cf5 mate. Claro que si 2... R - g3 / 3 Ae1 mate, pero ¿qué pasa si 3... f - g3? Veamos la mejor posibilidad de las negras: 2... Df8 / 3 Ae1 (amenaza 4 Cf5 mate) 3... f - g3, y se ha llegado a la increíble posición en la que la dama es incapaz de ganarle al alfil. La jugada que empata es 4 Af2! y no es posible jugar ni 4... D - f2 ni 4... g - f2 / 5 g3 j. debido a las tablas por ahogado. A partir de este momento el alfil se mueve sobre la diagonal g1-a7 y cuando la dama da jaque en la primera, se coloca en g1 y la victoria es imposible. El último intento lo hacen las negras por medio de 4... d4 / 5 A - d4, c4 / 6 A - c5, Df1 j. (si 6... Df3 las blancas continúan moviendo su alfil) / 7 Ag1, Df2, pero el intento fracasa: 8 A - f2, g - f2 / 9 g3 j. y tablas por ahogado. Una de las más aplastantes victorias del espíritu sobre la materia que se conozcan.
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