Realismo trágico

Esta negra es una figura de mujer tatuada en el pecho del Capitán; cuando ama, la compañera, la que baila, se articula, se mueve con lubricidad. Es también la Muerte. Este grupo de cinco jóvenes de la vida áspera de la droga y el alcohol, y naturalmente el sexo, están abocados a morir: su marginalidad les lleva a ello, y se les ve durante toda la obra en un estado ya extremo. Pero de lo que mueren dos de ellos al final no es de su propia muerte, sino de la navaja, que sólo a veces es compañera de su tragedia.

Luis Miguel González Cruz, autor numerosas veces premiado con premios de mucha importancia, pocas veces representado -es frecuente: mientras el teatro va hacia atrás, buscando en el pasado, los nuevos autores no tienen montajes-, con Guillermo Heras, con ya antigua tradición de director de obras audaces, muestra a los actores y al texto en un realismo angustioso durante la hora y media que dura la obra. El realismo en el teatro nunca llega a su fondo, y en esta obra tan cruda hay tambien escenas que se quedan en la sombra: las muertes son de primer plano, el amor es de la oscuridad y el silencio.

El lenguaje es verosímil, y se mantiene hasta el final, puede que en detrimento del texto. Digo que hasta el final porque en el teatro es frecuente y permitido que cuando todos los personajes hablan con acento peculiar o cantinela, se vaya suavizando a medida que avanza la obra para ser mejor entendido y para evitar que cuando es desagradable, como en este caso, hiera demasiado al público. Autor y director son implacables. Y los actores, naturalmente, que impostan sus voces en el registro adecuado. El texto es bueno; el diálogo, directo y algunas frases sentenciosas tienen contenido.

Realismo total

Los actores imitan más que interpretan, quizá también por la necesidad del realismo total. El continuo balanceo, el tono, los movimientos torpes, revelan muy bien una vida española.

Había poco público el sábado, cuando la vi. Un público impresionado por lo que veía, angustiado sin descanso, que al final aplaudió a los tres actores y dos actrices, y naturalmente al autor y al director.