El pacificador de las 'telecos'

Las aguas de la liberalización telefónica andan revueltas. Telefónica se queja de que el regulador fija sus tarifas y no le deja margen de maniobra comercial, mientras que sus rivales claman contra el poder omnímodo del ex monopolio y sus prácticas predatorias para impedirles ganar cuota de mercado. Para sosegar esa disputa, Josep Piqué y Rodrigo Rato han elegido a la limón a Carlos Bustelo García del Real para presidir la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), el máximo organismo regulador del sector.

Casado y con tres hijos, a sus 68 años, merecería figurar en una novela de Galdós porque acumula una interminable lista de cargos en todos los niveles de la Administración: funcionario de la OCDE, subsecretario de Comercio, ministro de Industria y Energía, presidente del Instituto Nacional de Industria, consejero del Banco de España...

Forma parte de una saga, la de los Bustelo, emparentados con los Calvo Sotelo y enraizados en Ribadeo, el enclave gallego de donde también son los Del Pino. Pese a que pertenece por origen a la clase dirigente, comenzó su carrera política en el antifranquismo. En 1953 fue cautivado por el discurso renovador de Enrique Múgica, Ramón Tamames y Dionisio Ridruejo y cuatro años más tarde entró en la Agrupación Socialista Universitaria. Ya en la recuperada democracia, la UCD sería su plataforma de lanzamiento.

Entre sus aficiones destaca su madridismo militante, que le llevó a figurar en la directiva del fallecido Ramón Mendoza, aunque tampoco se lleva mal con el actual presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, con quien compartió desventuras en la Operación Reformista que intentó colocar a Miquel Roca en la presidencia del Gobierno.

Su nombramiento fue recibido por el sector con neutralidad, aunque no faltó quién se preguntara por su escaso currículo en el terreno de las telecomunicaciones, pese a haber pertenecido a los consejos de muchas empresas privadas (Cristalería Española, Acesa, Banesto, Torreal, Grupo 16, Oracle...). Quizá su paso por la Comisión Aldama, encargada de tutelar la transparencia y seguridad de los mercados, compense con creces esa laguna técnica y ayude a mejorar las relaciones no sólo con los operadores, sino con el propio Gobierno, con el que la CMT ha mantenido fuertes disputas a propósito de asuntos como las tarifas o las multas a Telefónica.