Corea del Norte desafía a Naciones Unidas y expulsa a los inspectores de armas atómicas

El Gobierno de Pyongyang acusa a EE UU de precipitarse en "un peligroso enfrentamiento"

Corea del Norte anunció ayer que expulsará a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), según informó la agencia oficial de noticias norcoreana. El director del Departamento de Energía Nuclear norcoreano, Lee Jae-sun, señaló, en una carta al director del OIEA, Mohamed el Baradei, que la permanencia de los inspectores no tiene justificación al haberse reactivado las centrales nucleares.La agencia de Naciones Unidas confirmó ayer en Viena que había recibido una petición de Pyongyang de retirar sus inspectores de la central nuclear de Yongbion.

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Corea del Norte anunció ayer que expulsará a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), según informó la agencia oficial de noticias norcoreana. El director del Departamento de Energía Nuclear norcoreano, Lee Jae-sun, señaló, en una carta al director del OIEA, Mohamed el Baradei, que la permanencia de los inspectores no tiene justificación al haberse reactivado las centrales nucleares.La agencia de Naciones Unidas confirmó ayer en Viena que había recibido una petición de Pyongyang de retirar sus inspectores de la central nuclear de Yongbion.

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El director del Departamento de Energía Nuclear norcoreano recalcó que esta reactivación de sus instalaciones nucleares fue debida a la decisión de Estados Unidos de suspender este año el envío de petróleo. Aseguró también que el Gobierno norcoreano llevará a cabo la construcción de las plantas nucleares, programa que estaba parado desde 1994 por presiones de Washington. EE UU y sus aliados, entre ellos Corea del Sur, decidieron el pasado octubre suspender el suministro de petróleo a Pyongyang tras admitir el Gobierno norcoreano que llevaba a cabo un programa armamentístico secreto usando uranio altamente enriquecido.

El Gobierno de Pyongyang cita, para justificar esta decisión de expulsión, el artículo primero del tratado de 1994, según el cual Corea del Norte ofrecía su cooperación a los inspectores de este organismo mientras sus centrales nucleares estuviesen desactivadas. Corea del Norte alegó la necesidad de producir electricidad para subsistir este invierno, ya que EE UU suspendió el suministro de petróleo a su país.

La decisión norcoreana fue confirmada horas más tarde por la agencia de energía atómica de la ONU. "Hemos recibido una carta de Corea del Norte en la que se nos pide que retiremos a nuestros inspectores", afirmó ayer un portavoz del OIEA en Viena. "Estamos preparando una respuesta a esa carta", añadió.

El OIEA señaló que la expulsión de sus inspectores significa en la práctica que no exista ya ningún control exterior de las instalaciones atómicas del país asiático. "Junto con la pérdida de cámaras y la ruptura de los precintos , la salida de los inspectores prácticamente pone fin a nuestra capacidad de vigilar el programa nuclear de Corea del Norte o de valorar su naturaleza", afirmó ayer Mohamed el Baradei. Según el OIEA, la decisión de Corea del Norte de introducir mil barras conteniendo una significativa cantidad de plutonio en la planta nuclear de Yongbion es irrelevante para la producción de electricidad. "Corea del Norte no tiene ninguna razón legítima y pacífica para el uso del plutonio", afirmó el jueves pasado El Baradei.

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Desafío nuclear

La expulsión de los inspectores fue seguida de un nuevo desafío de Pyongyang a Estados Unidos. En un comunicado emitido ayer por la agencia oficial de noticias norcoreana se acusaba a Washington de estar precipitándose "en un peligroso enfrentamiento" y de "querer lanzar un ataque sorpresa para destruir su sistema político".

Corea del Norte, uno de los países más empobrecidos y aislados del mundo, aseguró también, según un comunicado de su Embajada en Pekín, estar preparada para librar una guerra moderna, incluso con armas nucleares, para responder a las "fuerzas imperialistas" y a sus aliados, ya que han sometido al país a un "estado de sitio".

Las nuevas amenazas de Corea del Norte fueron condenadas ayer por el Gobierno de Tokio. La ministra japonesa de Exteriores, Yoriko Kawaguchi, mostró su "profunda preocupación" por el peligro de proliferación de armas atómicas y acusó a Pyongyang de violar sus obligaciones internacionales. Por su parte, Alemania llamó al embajador norcoreano en Berlín para expresarle su "inquietud" por la expulsión de los inspectores del OIEA.

China, a través de una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores, aseguró que estaba trabajando "por la paz y la estabilidad" de la península coreana y rechazó la acusación norteamericana de no haber ejercido su influencia para frenar las ambiciones nucleares de Corea del Norte.

La península coreana, último reducto de la guerra fría, estuvo sometida de 1910 a 1945 al dominio colonial japonés. Tras concluir la II Guerra Mundial, las potencias vencedoras pactaron en los acuerdos de Yalta la división de la península a través del paralelo 38. En el Norte se instaló un régimen comunista con la ayuda de la URSS y en el Sur otro de carácter capitalista con apoyo de Washington. En 1950 las tropas norcoreanas cruzaron el paralelo 38 en un ataque sorpresa con la intención de reunificar el país por la fuerza. El conflicto duró tres años, en los que Pyongyang contó con el apoyo de China y Seúl con la ayuda de EE UU.

El presidente electo de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, posa con una ametralladora en su visita a una base militar.AP

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