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Relato ganador | LA VENTANA DE MILLÁS

Analogía

Tengo una pecera en el salón, en la que crío una pequeña piraña a la que alimento con carpas vivas. Antes de acostarme, abro la bolsita donde guardo la carpa y la introduzco en la pecera. Me hago un canuto y observo cómo la piraña empieza a hostigar a su presa, nadando hacia ella sin atacarla, sólo para provocar su cansancio, en un continuo vaivén de aproximaciones y huidas. Cuando la carpa está agotada, la piraña ataca y de una dentellada la parte en dos. La carpa, que aún vivirá unos minutos de lenta, dramática agonía, tratará inútilmente de huir valiéndose tan sólo de las aletas pectorales, pues la cola yace sobre el fondo cubierto de guijarros de la pecera. Boqueando, se refugiará tras la cortina de burbujas que mana del respirador.

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