El PP obligó a retirar los nombres de los organizadores de los debates del Fòrum

Ni uno. Todos los nombres propuestos para dirigir los comités organizadores de los debates del Fòrum 2004 fueron rechazados por una de las administraciones consorciadas, la del Gobierno central. De ahí que el plan general aprobado el pasado viernes por el consejo de administración se limite a enumerar las "entidades de referencia" que organizarán los debates. Fuentes del PP insistieron que no se trata de ningún veto.

"No se trata de rechazo a las personas que aparecían en los comités organizadores, sino a la forma de hacer las cosas", sostiene Francesc Vendrell, miembro del consejo de administración del Fòrum en representación del Partido Popular. Por la forma de hacer las cosas, Vendrell entiende que pese a que el Fòrum está formado y financiado por un consorcio a tres bandas -Administración central, Generalitat y Ayuntamiento- en la práctica se intentan imponer decisiones. Y una de ellas, según la actuación del PP, es decidir quién organizará los debates.

La cuestión se ve de forma muy distinta desde otros sectores, también presentes en el Fòrum, que no dudan en calificar de "palos en las ruedas" la actitud que mantiene el Partido Popular bajo un discurso de aparente respaldo total al Fòrum.

El Fòrum prevé organizar una treintena de congresos y debates y proponía una serie de nombres para la organización. Por ejemplo, al frente de la discusión sobre la diversidad lingüística, sostenibilidad y la paz situaba a Félix Martí, director del centro Unesco en Cataluña, y en el comité organizador ponía a Susana Cuevas, del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En el caso del debate bajo el título de Cultura y desarrollo urbano, el Fòrum apostaba por Margaret Moraes, del Fòrum de Autoridades Locales de Porto Alegre. En el debate previsto con el título de Libertad, seguridad: hace falta escoger?, el Fòrum proponía al frente del comité organizador a Vicens Fisas, titular de la Cátedra Unesco sobre la paz y derechos humanos de la Universidad Autónoma de Barcelona. Para abordar "La aportación del deporte a la cultura de la paz" el Fòrum propuso Juan Antonio Samaranch. Esos nombres y el resto de los propuestos inicialmente se acabaron retirando en favor del consenso entre las tres administraciones.

En el momento de la discusión dentro de la comisión permanente, fue el Partido Popular el que planteó las principales objeciones, pero CiU también mantiene ciertas críticas. Ayer, un representante del Gobierno catalán en el consejo de administración del Fòrum precisó que presentar una lista cerrada de nombres "no es lo más adecuado". Con todo, el Partido Popular mantiene una actitud abiertamente crítica y no duda en afirmar que el problema es de "calidad" de las personas que se sitúan al frente de los debates: "No tenemos ningún problema en debatir el fenómeno de la globalización, pero queremos que los participantes tengan cierto nivel y no que sea un foro de ONG", sostenían ayer miembros de ese partido. Nada que ver con el análisis que hacen otros socios del evento y miembros del consejo de administración: "La palabras antiglobalización y terrorismo hacen saltar de las sillas a más de un representante del PP".

Conflictos internacionales

Imma Mayol, cuarta teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, se mostró ayer de acuerdo con el programa presentado el pasado viernes por el Fòrum, pero criticó el hecho de que ninguno de los conflictos internacionales actuales se aborde directamente. Esa propuesta fue planteada por ICV, junto con un debate específico sobre la realidad del País Vasco, y fue rechazada al unísono por las tres administraciones.

"Creemos que el contenido general del programa es claramente progresista, pero nos preocupa que el evento se cierre sin más, sin un resultado y una referencia internacional. Por eso proponemos que se cierre con una Declaración de Barcelona y se cree un observatorio permanente", apuntaba. Mayol se lamentó de la no aprobación de los comités organizadores de los debates por la oposición del PP, pero precisó que el retraso puede ser útil para dar más peso en el programa a las cuestiones que preocupan a los países de occidente y a Europa frente al panorama de África, Asia y América Latina.