El largo divorcio de KPMG Consulting
La consultora busca con calma un socio tras el fracaso de las negociaciones con BearingPoint
'Está absolutamente descartada la integración en BearingPoint', dice el nuevo presidente ejecutivo de KPMG Consulting España, Enrique Martínez de Meana, en la sede que la consultora tiene en un rascacielos madrileño. Su antecesor, Joseph Lagioia, que siempre ha sido empleado de BearingPoint, hizo las maletas hace un mes y se volvió a Estados Unidos.
BearingPoint es el nuevo nombre de KPMG Consulting Inc., la filial estadounidense de esta consultora tecnológica, por lo que estas palabras significan algo más que el fracaso de una operación. Significan además que los consultores de una de las cuatro grandes firmas de servicios profesionales, no han superado unidos la separación de los auditores y que KPMG Consulting España sigue buscando un socio para no quedar reducida a una firma pequeña con un gran nombre. En 2001 facturó 17 millones de euros en un sector que movió en España 2.372 millones.
La firma prevé cerrar este año con unas ventas de 26 millones de euros, lo que supondría un crecimiento superior al 50%
Para entender la situación hay que volver a 1998, cuando KPMG decidió separar sus prácticas de auditoría y consultoría para atenuar los posibles conflictos de interés entre ambas. Entonces, los consultores quedaron divididos. A un lado, KPMG Consulting Inc., hoy BearingPoint, la americana, una empresa cotizada desde febrero de 2001; del otro, un buen número de filiales, entre ellas las europeas, participadas aún por la auditora.
Aunque la idea inicial era que todos esos trozos acabaran uniéndose en la misma empresa, la desaparición de Andersen tras el escándalo Enron lo ha impedido. Y es que BearingPoint adquirió muchas de las unidades de consultoría de Andersen en Europa, entre ellas la española (800 consultores), con lo que recupera su presencia en el continente sin necesidad de recurrir a a sus hermanas.
El resultado es que la práctica de consultoría de KPMG se ha hecho pedazos. En el caso de España, el fracaso de las negociaciones con BearingPoint 'no es cuestión de dinero', según Martínez de Meana, sino que tiene más que ver con el enfoque del negocio y la posibilidad de carrera de los empleaedos. Este tropiezo tampoco cuestiona la intención de los accionistas de la consultora española, que siguen 'comprometidos con la separación'. De hecho han negociado sin éxito con otras firmas, que prefieren no identificar.
Encontrar un nuevo socio es una necesidad para los consultores si quieren mantener su categoría internacional. Hace tres años, KPMG International era la sexta consultora del mundo, con presencia en los cinco continentes. Ahora se ha convertido en una firma básicamente europea -y sin Alemania, que sí ha llegado a un acuerdo con BearingPoint-, que vive de la red proporcionada por la auditora. A pesar de ello, Martínez de Meana asegura que tienen 'capacidad plena' para dar servicio en todo el mundo.
La ruptura con BearingPoint tiene otras consecuencias. Empezando por un cambio inminente en el accionariado. KPMG Consulting España está participada por cinco KPMG distintas -en el registro figura como propiedad de una sociedad holandesa de idéntico nombre-, entre ellas la alemana, que está a punto de salir. Tampoco puede descartarse en el futuro un conflicto con BearingPoint a propósito de los procedimientos y desarrollos, uno de los grandes activos de este tipo de firmas, que aún siguen compartiendo.
Lo que no hay es fecha ni prisa por llegar a una fusión, asegura Martínez de Meana, que ocupaba el mismo puesto en la consultora de Deloitte & Touche hasta el año pasado. Su nueva firma cree haber resuelto ya el posible conflicto con los auditores, con los que comparte 'menos del 10% de los clientes'. Da servicio a una decena de empresas del Ibex 35 y a muchas multinacionales y los trabajos referidos por sus socios internacionales son los menos.
Por ahora los números le salen: la consultora prevé cerrar este año con unas ventas de 26 millones de euros, lo que supondría un crecimiento anual superior al 50% en un momento de moderación para el sector. Y, aunque sus responsables no dan cifras de beneficio, según su nuevo presidente, la firma ya es rentable.
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