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AJEDREZ

Lógicas

Estudio de F. Zimkhovitch. 1927.

Un primer vistazo a la posición parece señalar claramente a las negras como favoritas, debido a la potencia de la torre, que, aunque arrinconada, ejerce una fortísima presión sobre el peón de b2. Si éste cayese, toda la estructura blanca se desmoronaría. La amenaza directa es 1... Tb1, y si se lograse impedir ese golpe, la elegante 1... Ta2 cumpliría el mismo efecto, ya que la torre no puede ser capturada sin que el peón que queda en a2 se transforme en dama. Por tanto, la lógica elemental indica que las blancas no pueden escapar a la derrota. Pero hay otra lógica, más profunda, única digna de ese nombre, que señala exactamente lo contrario. Las primeras jugadas de la solución son bastante evidentes: 1 Ag4 j., Rd6 / 2 Af5. Pero si la maniobra ha impedido el ataque del peón de b2 desde b1, no alcanza a impedir la segunda amenaza, 2... Ta2. ¿Cómo harán ahora las blancas para impedir la toma en b2 y el subsiguiente avance del peón de b3? Pues de la manera más sencilla, aunque se trata de la difícil sencillez de la lógica profunda: 3 C - a2!, b - a2. ¿Deben las blancas rendirse? Pues no; después de 4 Rc1!, a1=D j. / 5 Ab1! y, contra todas las apariencias, la situación es de tablas. La dama negra ha sido apresada, y el blanco puede pendular con el rey de c2 a c1, con lo que crea una barrera que impide aproximarse al rey negro. Por tanto, la victoria es imposible y la posición es de tablas. Lógica profunda.

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