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Entrevista:JOAQUÍN FENOLLOSA | Jefe de servicio de Cirugía Ortopédica del hospital Peset

'Donde más nos rompemos es en el alma'

Pregunta. ¿Por qué le austan al hombre tanto los esqueletos?

Respuesta. Porque probablemente tenga algún esqueleto en el armario. También porque es la imagen de la muerte, y a todos nos asusta. Pero para mí es el pan nuestro de cada día, aunque en el plano no profesional también me da miedo.

P. ¿La trepanación fue medicina o un ritual?

R. Lo fantástico es que los trepanados sobrevivieran. En la Cova de la Pastora de Alcoy se encontraron varios cráneos trepanados y en todos ellos había síntomas de que el enfermo había sobrevivido. El hueso había crecido y se había reparado. La mayor parte de gente que se ha ocupado del tema piensa que se trataba de problemas un poco al límite del sanalismo y de la medicina. Problemas de epilepsias y así. De todas maneras, la psiquiatría todavía tiene mucho de conjuro.

P. El hueso tiene la fuerza del acero y el peso del aluminio. ¿Es un material insustituible?

R. Es una material insustituible, porque es un composite, que se llaman ahora los materiales compuestos. Tiene una parte orgánica, que es colágeno, formado por cadenas de tejido orgánico y sobre eso cristaliza la hodroxiapatita, que es el mineral de calcio. Los ingenieros dicen que los tubos tienen una resistencia mayor, o igual al menos de la que podría tener una barra maciza del mismo material. Ya casi se ha conseguido hacer artificialmente con la técnica de los nanotubos, que están formados por un anillo de una molécula, sobre los que la hidroxiapatita cistaliza espontáneamente.

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P. ¿Por dónde nos rompemos más?

R. Donde más nos rompemos es en el alma. Y luego, en la cabeza del fémur. Ése es un punto débil nuestro.

P. ¿Por qué casi todo el mundo tiene problemas de columna, lumbago, ciática...? ¿Nos estamos deformando?

R. Es la servidumbre de la especie. La mayoría de los mamíferos son cuadrúpedos y su columna soporta muy pocas cargas, pero nosotros nos hemos independizado, hemos liberado las manos y eso lo hemos pagado en la columna con una posición de carga continua. Posiblemente la ciática es el diagnóstico más frecuente, más que la úlcera de estómago o el cáncer de pulmón.

P. ¿El hombre tiene una costilla menos que la mujer o es una leyenda de la Biblia?

R. No me quisiera indisponer con las autoridades religiosas... Si uno cree en la Biblia, tiene que ser así. De lo contrario, puede acabar como Giordano Bruno: en la hoguera. Todos tenemos las costillas iguales, peor recubiertas los unos que las otras pero la misma cantidad.

P. ¿Tiene mejor esqueleto la mujer que el hombre?

R. Si hace ejercicio, tiene el mismo esqueleto; si no lo hace, a partir de los 50 años tiene un esqueleto mucho más frágil.

P. Los introspectivistas siempre han echado mano de la traumatología para explicar el hecho nacional valenciano: falta de vertebración, luxación provincial... ¿Qué piensa un especialista en la materia?

R. Bueno, Vicent Ventura fue primero un buen amigo de mi padre y luego un buen amigo mío. Quizá por ahí le viniera el símil. No sé Joan Fuster por qué lo escogió, pero me gusta. Yo creo que estas cosas se pueden arreglar y deben arreglarse.

P. No me puedo ir sin preguntárselo: ¿por qué hacen tan buen caldo los huesos?

R. Porque en su interior hay una gran cantidad de grasas, una buena cantidad de sangre y muchas células madre. Entre todo eso se hace un buen caldo.

EN DOS TRAZOS

Joaquín Fenollosa (Valencia, 1936) se mueve en un terreno que hasta hace relativamente poco estuvo en manos de algebristas y abéitares, y cuyo principal cliente -ruina humana aparte-, lo suministra el futbito y el esquí. A pesar de ese alrededor catastrófico, su serenidad parece tan imperturbable y sólida como lo es su autoridad en la materia y su pasión por la historia, el ensayo, la jardinería y los animales. En 1962 marchó a París y aprendió todo lo que sabe en su disciplina, que es mucho. Regresó con un 'Dos Caballos', aunque sin cortar su vinculación con Francia para poder comprar libros prohibidos aquí. Y se le nota.

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