Lizarbe descarta cualquier acuerdo con UPN y se ofrece como alternativa de gobierno
El Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE) aspira a ganar las elecciones autonómicas de 2003 y consolidar una alternativa progresista a UPN sin tener en cuenta ningún tipo de colaboración poselectoral con los regionalistas. Ni acuerdos de legislatura ni gobierno de coalición: se acabó la era de los pactos presupuestos o de investidura. El secretario general del PSN, Juan José Lizarbe, abrió ayer el nuevo curso político en Navarra reiterando que hoy más que nunca es factible una victoria del socialismo que dé a Navarra un nuevo gobierno progresista sin recurrir a ningún tipo de colaboración gubernamental o política con la derecha.
'No vamos a ser el báculo de la vejez de este Gobierno', afirmó Lizarbe, que achacó los ataques que está recibiendo al nerviosismo de UPN ante la perspectiva de abandonar el poder.
El PSN apoya sus expectativas de sacar a UPN del gobierno en el ascenso en las previsiones de voto del proyecto liderado por Rodríguez Zapatero, en la desaparición del automatismo del artículo 29 del Amejoramiento del fuero, que condicionaba la elección del presidente de Navarra, y, sobre todo, 'en el final de un gobierno de UPN agotado y sin capacidad alguna de gestión'. La comisión ejecutiva del PSN, que se reunió el pasado jueves en Pamplona, no quiere que el debate sobre la ilegalización de Batasuna se convierta en el 'monotema' de un curso político preelectoral, que sirva al Gobierno de Sanz 'para eludir los verdaderos y graves problemas que aquejan a la sociedad navarra'.
Lizarbe calificó de 'absurda e increíble' la acusación de que el PSN hace el juego al nacionalismo vasco y, en tono irónico, admitió que Sanz sí ha obtenido un logro: el de 'ser el presidente que más ha crispado a la sociedad'. Los socialistas, insistió Lizarbe, no colaborarán en 'las estrategias electoralistas del presidente para seguir crispando'. Porque las consideran una excusa para no hablar de los verdaderos problemas de la comunidad y porque conciben que la sociedad navarra ceomo una comunidad plural 'que la derecha no entiende y no respeta'.
El empeño de UPN en reactivar la guerra de las banderas es, según Lizarbe, un claro ejemplo de esa estrategia. Lizarbe volvió a señalar que los socialistas 'no quieren ver' ikurriñas en los balcones de los ayuntamientos navarros y que defienden la actual ley de símbolos. Dicho lo cual, preguntó a Sanz, que desde 1991 ha sido consejero de Administración Local y presidente de Navarra, cuántos requerimientos ha enviado en estos 11 años a los ayuntamientos que exhibían la ikurriña para que la retiraran, incluidos consistorios como Burlada, con alcalde de UPN, que permiten la colocación de la bandera vasca en fiestas, vulnerando un acuerdo plenario sobre banderas. La respuesta, concluyó Lizarbe, es que nunca lo hizo, entre otras cosas, 'porque es UPN el que necesita al nacionalismo vasco como el oxígeno para eludir sus fracasos'. Este curso, el PSN hablará 'de lo que importa a los navarros y trabajaremos para ganar las elecciones y constituir un gobierno navarrista, progresista y de izquierdas. No haremos el juego electoral a Sanz', repitió el líder del PSN.
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