El coste de fabricación determina la tecnología
La tecnología de monitores y televisores planos de gran tamaño que dominará en el futuro depende principalmente del coste de fabricación, ya que existen ventajas e inconvenientes en cada una de ellas. Esta declaración la efectuó Aris Silzars, presidente de la Society for Information Display (SID), en la sesión de apertura de un reciente congreso organizado por esta agrupación de fabricantes de paneles.
La tecnología de paneles de plasma (PDP) con que se fabrican la mayoría de televisores planos actuales de casi un metro proporciona una imagen de calidad y estable, pero es difícil que baje su coste de fabricación porque la producción es muy compleja y se emplean gases de difícil obtención en el interior del panel.
Una tecnología alternativa para monitores y televisores de tamaño pequeño y mediano es la LCoS, que emplea cristales líquidos orgánicos montados sobre silicio. Los paneles consumen mucha menos energía que los de cristal líquido convencional, pesan la mitad y son mucho más brillantes. Esto se debe a que los elementos que se montan sobre la matriz del panel son transparentes y se necesita mucha menos luz trasera para iluminar el panel y conseguir el mismo resultado.
En la segunda mitad de 2002 se esperaba la comercialización de estos monitores, aunque todo indica que la tecnología no está suficientemente depurada. De todas maneras, ya se venden muchos proyectores que utilizan paneles LCoS de pequeño tamaño y elevado brillo, como es el caso de Hitachi.
Otra tecnología muy prometedora es la OLED, que funciona con diodos orgánicos que se iluminan al aplicarles electricidad. Pioneer vende radios de coche con paneles OLED. Son aún de baja resolución y escaso contraste, aunque Sony anunció hace pocas semanas que prevé empezar a producir paneles LCoS a escala comercial este mismo año, al tiempo que mostró un prototipo de 13 pulgadas y 800 por 600 píxeles.
Una compañía conjunta de Sanyo y Kodak también prevé iniciar la producción masiva a finales de este año.
La ventaja fundamental de la tecnología OLED es su escaso peso -8 gramos para un tamaño de 8 pulgadas- y consumo. Es ideal, aseguran sus promotores, para las pantallas traseras de las cámaras digitales y teléfonos móviles.
Lo que sigue siendo muy complicado es fabricar televisores planos de gran tamaño y coste razonable, dos requisitos que son fundamentales si se quiere que el mercado despegue. El desarrollo puede durar una generación completa, porque la tecnología de cristal líquido tiene más de 30 años y ahora empieza a generalizarse.
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