Aznar y Berlusconi reciben la regañina de Kofi Annan

El presidente español defiende en la II Cumbre de la Alimentación la ayuda al desarrollo de la Unión Europea

La UE y el Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hablaron ayer lenguajes distintos en la inauguración de la Cumbre de la Alimentación que reúne en Roma a representantes de más de 180 países. Tanto el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como el director general de la FAO, Jacques Diouf, fueron directos al responsabilizar a las naciones ricas del incumplimiento de lo acordado en 1996, es decir, la reducción a la mitad de la población desnutrida en el mundo, que supera los 800 millones de personas. Un objetivo inalcanzable, dijeron, si no se aportan más recursos económ...

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La UE y el Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hablaron ayer lenguajes distintos en la inauguración de la Cumbre de la Alimentación que reúne en Roma a representantes de más de 180 países. Tanto el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como el director general de la FAO, Jacques Diouf, fueron directos al responsabilizar a las naciones ricas del incumplimiento de lo acordado en 1996, es decir, la reducción a la mitad de la población desnutrida en el mundo, que supera los 800 millones de personas. Un objetivo inalcanzable, dijeron, si no se aportan más recursos económicos, y si no se disminuyen las barreras arancelarias que penalizan sus exportaciones. En nombre de la UE respondió el presidente José María Aznar, para puntualizar que la UE es el principal donante del mundo en ayuda al desarrollo.

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Aznar, como presidente de turno del Consejo de Europa, recordó que 'la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria incumbe, en primer lugar, a los Gobiernos nacionales'. Sus palabras llegaron después de que Annan y Diouf hubiesen criticado la 'falta de voluntad política' de los países ricos en esta lucha contra el hambre. Una lacra que constituye además, dijo ayer Annan, 'una de las peores violaciones de la dignidad humana'.

El secretario general de la ONU declaró que los agricultores deben tener 'mayor acceso a la tierra, al crédito, a la tecnología y al conocimiento que puede ayudarles a cultivar productos más resistentes asegurando la inocuidad animal y vegetal'. Preocupaciones que no parecen estar en la agenda europea, a juzgar por el discurso pronunciado por el presidente de la Comisión, Romano Prodi, que intervino, sobre todo, para criticar las medidas proteccionistas que adopta EE UU en materia de agricultura y para reiterar, con Aznar, el compromiso de la UE de elevar al 0,39% del PIB la media europea a la ayuda oficial al desarrollo, hoy en torno al 0,25%. El objetivo fijado en 1996 por la ONU del 0,7% sigue lejos, aunque algunos países europeos ya lo han logrado. España está en un 0,22%, la cifra más baja en un decenio.

'El tiempo de las promesas ha terminado', había declarado Annan minutos antes, expresando la sensación de urgencia que transmite la cumbre. Los 4.000 delegados redactaron ayer el documento de objetivos, que se limita a reiterar la vigencia de los ya fijados en 1996 y a señalar la necesidad de acelerar su consecución o, de lo contrario, puntualizó Annan, 'el objetivo de reducir la cifra de personas hambrientas a 400 millones no podrá realizarse en 2015, sino 45 años después'.

El secretario general de la ONU expresó su preocupación por la emergencia alimentaria que sufren 13 millones de habitantes del sur de África, y por las dificultades de romper el círculo maléfico que liga el hambre, pobreza y subdesarrollo. 'En un mundo de abundancia, eliminar el hambre está a nuestro alcance. El fracaso en lograrlo nos debería llenar de vergüenza a cada uno', dijo. Annan pidió a los países desarrollados abrir sus mercados y reducir las barreras a las importaciones de alimentos de los países en desarrollo. 'Las tarifas impuestas a productos manufacturados como el chocolate impiden competir a las industrias procesadoras de los países en desarrollo'.

Aznar le respondió recordando que la UE 'es el principal mercado de exportación para los países en desarrollo', y resaltó la importancia de la decisión comunitaria de reducir los aranceles 'para casi todas las exportaciones de los Países Menos Adelantados' en virtud de la iniciativa Todo menos armas.

Un 50% menos de ayuda

Más dura fue la intervención del director general de la FAO, Jacques Diouf, quien comenzó por subrayar la falta de equidad que existe en el mercado agrícola mundial. 'La transferencia total a la agricultura en los países de la OCDE asciende a más de 300.000 millones de dólares (321.888,41 millones de euros), lo que representa una subvención directa de 12.000 dólares (12.875,53 euros) al año por agricultor', explicó. 'En cambio, esos mismos países aportan una asistencia anual a los países en desarrollo de unos 8.000 millones de dólares aproximadamente (unos 8.583,69 millones de euros), lo cual equivale a 6 dólares (6,43 euros) por agricultor'. Las ayudas a la agricultura de los países en desarrollo se han reducido casi un 50% desde 1990, pero tanto la UE como EE UU subvencionan generosamente a sus agricultores, colocando así a los campesinos de los países en desarrollo en una endémica desigualdad. 'Eliminar el hambre es un imperativo ético basado en el derecho humano más fundamental, el derecho a la existencia. La eliminación del hambre redunda también en beneficio de los poderosos y de los ricos', dijo Diouf, intentando poner el acento en las posibilidades de negocio que derivarían de un mercado de consumidores mayor cuando llegue el día, aún lejano, en el que los 800 millones de personas hambrientas superen esta calamidad.

EFE

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